En la Secretaría de Economía no está quedando ‘ningún títere con cabeza’ y el número de funcionarios despedidos por la nueva titular, Raquel Buenrostro, ya supera los 50, de acuerdo con el columnista Darío Celis.
Fue a principios de octubre cuando en la ‘mañanera’, Tatiana Clouthier anunció que dejaba la dependencia y reveló que ya había intentado renunciar en al menos dos ocasiones.
“Estoy segura que no hay posición menos importante que otra, pues en el público y en la porra, uno tiene un papel fundamental para animar siempre a los jugadores, como lo platicamos desde el 26 de julio, y lo reiteré el 9 de septiembre, mi oportunidad de sumarle al equipo está agotada”, dijo Clouthier en su carta.
Celis asegura que tras la salida de Clouthier, la orden que dio el titular del Ejecutivo a Buenrostro fue la de correr a todo aquel funcionario que hubiera llegado con Clouthier o proviniera de gobiernos pasados.
“¿La razón ? Porque nadie le renuncia a Andrés Manuel López Obrador: él decide cuándo los corre”, dice Celis.
Así va la lista de eliminados
De acuerdo con el columnista, son 56 funcionarias y funcionarios y contando los que no han sobrevivido a la ‘limpia’ de funcionarios de medio nivel y subsecretarios, entre los que están:
- Luz María de la Mora
- Héctor Guerrero
- Alfredo González
- Angel Villalobos
- Arlaé Díaz Frausto
- Marcos Santiago Ávila
- Eduardo Montemayor
- Lourdes Acuña
- Orlando Pérez
- Lydia Antonio de la Garza
- Alejandro Rosas
- César Remis
- Cindy Rayo
- Máximo Romero
- Mónica León
- Jorge Luis Silva Meza
- Alejandro Rosas
- Antonio Letayf
- Elodina Guerra
- Benjamín Reyes
- Ana Mungaray
- Marcos Ávalos
- Jesús Cantú
- Rubisel Velázquez Lugo
- Selene Magdaleno
- Ismael Ortíz
- Efraín Alba
“En corto, Buenrostro no tiene empacho en decir: ‘A mi me mandaron a controlar la inflación, defender la soberanía energética frente a Estados Unidos y limpiar lo que había hecho Tatiana Clouthier’”, añade el periodista.
Celis subrayó que la eliminación de funcionarios, algunos de los cuales llevaban décadas en la dependencia, terminarán costándole caro a la administración de López Obrador.
“En los hechos, Raquel Buenrostro y su mandato de limpiar todo lo que huela a la hija de Manuel J. Clouthier, no solo viola derechos humanos, laborales y profesionales de funcionarios que llevaban entre 10 y 20 años en un servicio profesional de carrera en el gobierno federal, sino que coloca al gobierno de México en desventaja para negociar con sus contrapartes comerciales”, dijo.