La inflación en México se desaceleró en la primera quincena de noviembre, pero los analistas consideran que es prematuro ‘cantar victoria’, ante el incremento constante en el índice subyacente.
Señalaron que aún hay riesgos, debido a que la moderación en los precios fue resultado de alimentos crudos, que son volátiles, y por efectos de estacionalidad.
El INEGI informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) tuvo una variación de 8.14 por ciento a tasa anual en la primera mitad del presente mes y acumuló cinco quincenas consecutivas con tendencia a la baja. Dicha tasa fue inferior al 8.28 por ciento de la quincena anterior, con lo que se ubicó en su nivel más bajo desde la segunda mitad de junio pasado.
Por su parte, el índice de precios subyacente aumentó 8.66 por ciento anual, con los que ligó doce quincenas al alza, y reportó su mayor variación desde la segunda quincena de agosto del 2000. En su interior, los precios de los servicios se ubicaron en 5.40 por ciento, mientras que el alza en los precios de las mercancías fue de 11.50 por ciento.
En tanto, la balanza no subyacente se ubicó en 6.62 por ciento a tasa anual, su nivel más bajo desde la primera quincena de marzo del 2021. De manera desagregada, los precios de los productos agropecuarios presentaron una variación de 10.59 por ciento, mientras que la de los de los energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno se ubicó en 3.52 por ciento, esto respecto al mismo periodo del año pasado.
Impacto por el Buen Fin
El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, consideró que hay que tener cuidado con la interpretación de la inflación subyacente, pues El Buen Fin de 2021 fue en la primera quincena y ahora fue en la segunda. “Ante esto, es de esperar una caída en la subyacente en la segunda quincena, apuntó en su cuenta de Twitter.
Por ello dijo que hay que fijarse en la tasa mensual de inflación de noviembre para tratar de descifrar la distorsión temporal de El Buen Fin. “Sin embargo, aun si baja la subyacente no hay que cantar victoria, pues un dato no hace tendencia.” Consideró que todavía hay por delante una persistencia inflacionaria que se debe atender con contundencia.
“Hay que ser muy cuidadosos con el análisis de la inflación subyacente por el tema de El Buen Fin. No hay que rasgarse las vestiduras de que la subyacente sigue subiendo, es probable que la subyacente está muy cerca de tener un punto de inflexión”, dijo a El Financiero Bloomberg, Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina en Credit Suisse.
“La expectativa es que la brecha entre la inflación general y subyacente se empiece a cerrar pronto hacia finales de este año y que en el 2023 estén convergiendo, si bien todavía están por encima del rango del Banco central, si veremos un descenso importante”, expuso.
Jorge Sánchez Leyva, economista sénior de Finamex, dijo también que es muy pronto para cantar victoria, porque aún no hay una tendencia clara a la baja en los precios, debido a que las lecturas de la inflación general y subyacente aún continúan elevadas. Estimó que la inflación subyacente alcance su máximo en este mes y comience a moderarse al cierre de año e inicios del 2023.
“Las cifras de inflación no son buenas noticias. La sorpresa a la baja refleja casi exclusivamente la fuerte caída en el precio de algunos alimentos crudos, que son volátiles”, destacaron analistas de Citibanamex. “Aparte de eso, la mayoría de los componentes subyacentes continúan registrando aumentos quincenales muy por arriba de sus promedios históricos, lo que implica mayores tasas anuales tanto para mercancías como para servicios”, añadieron.
Pronósticos a la baja
Analistas de Banorte señalaron que ante la dinámica y las señales provenientes de indicadores de mercado en el corto plazo, revisaron a la baja su estimado de inflación para el presente año a 8.4 por ciento, desde 9 por ciento. La expectativa para la subyacente pasó de 8.9 a 8.6 por ciento.
Grupo Financiero Base también recortó su expectativa de inflación al cierre del año de 8.82 por ciento a 8.50 por ciento y señaló que podría seguir ajustando a la baja, debido a que la expectativa de 8.50 por ciento contempla un efecto base de comparación.