De aprobarse las vacaciones dignas en México, las micro y pequeñas empresas son las que sentirán el impacto de duplicar los días, con el riesgo de incentivarlas a cambiarse a la informalidad, alertó José Antonio Centeno, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), al considerar que no es el momento para defender el descanso cuando lo primero que hay que mantener es el empleo.
“Lo primero que necesita uno para poder gozar de vacaciones es trabajo. No pongamos en riesgo las fuentes de trabajo por mejorar los días de vacaciones. Hagámoslo de forma paulatina, que entre en vigor paulatinamente, que no se genere el impacto mayor”, dijo en conferencia.
“Debemos ser muy cuidadosos con el tema de inflación y estas decisiones que pudieran tener una buena intención, que no en un mal timing puedan generar un efecto adverso” y se refirió a la iniciativa conocida como Vacaciones Dignas al cuestionar las condiciones en el país para que las micro y pequeñas empresas puedan cumplir con esta nueva disposición después de que un millón 600 mil unidades económicas cerraron en la pandemia.
“Cuántas que lograron sobrevivir se les va a dar esta estocada final con estas cargas económicas porque no solo son los seis días de vacaciones adicionales, esto implica en el salario diario integrado, las primas vacacionales y la necesidad de hacer sustitución de ese personal cuando no está laborando”, apuntó.
Mientras que las empresas más grandes ya manejan prestaciones superiores a las de ley, el impacto de llevar de 6 a 12 los días de descanso al primer año de labores del trabajador es mayor entre las micro y pequeñas empresas en las que las prestaciones a los trabajadores son apegadas a la Ley Federal del Trabajo,
“Es a estas chiquitas a las que les va a pegar y no tienen manera de compensarlo contra margen de utilidad, muchas operan con márgenes modestos y si se agrega que tienen menos personal, sustituirlo implica contratar a otra persona”, explicó.
Las repercusiones van desde añadir presiones inflacionarias por aumento de precios para tratar de compensar mayores costos, hasta incentivar la informalidad.
“Puede generar un efecto inflacionario, puede generar un efecto de cierre de empresas y puede generar mayor informalidad porque ahí no existen estas reglas… ya tenemos hoy niveles muy altos de informalidad y no tenemos ninguna política pública orientada a reducirla. Decisiones como estas si pueden hacer que muchas empresas dejen la formalidad y se trasladen hacia la informalidad y el efecto va a ser menos empleo formal, menos vacaciones y menos recaudación fiscal”, alertó.
Para el líder de la industria de la transformación, en la que predominan las pymes, esta iniciativa debe analizar el momento actual de la economía y acompañarse de una política pública que se asegure de generar condiciones para tener más productividad y competitividad.
“Una política con resultados en materia de seguridad que permitan reducir costos asociados a la delincuencia; cuando no tengamos que estar pagando derechos de piso, cuando podamos tener la devolución de impuestos de manera más ágil; cuando solicitemos una cita en el SAT y nos la den en un corto plazo, entonces podríamos hablar de que estamos comprometidos con generar una mayor productividad”, apuntó.