Para el mundo de los inversionistas este 2022 que está por concluir puede ser considerado de ‘reset’, tras dos años en los que se han tenido una pandemia y un conflicto bélico, que impactaron en todo el mundo en temas de mayor inflación, menor crecimiento económico y una posible recesión el próximo año.
Para Victor Matarranz, responsable Global de Wealth Management de Grupo Santander, decir que este fue un año de reinicio es porque si bien la inflación se mantiene en niveles elevados actualmente, los pronósticos apuntan a que va a comenzar a reducirse, y en cuanto empiece a normalizarse, es ahí cuando empieza el ‘reset’.
“Lo que ha provocado todo esto es un ajuste en las políticas monetarias, y en las políticas fiscales, y digamos que todo vuelve a empezar en el momento en que la inflación llegue a su máximo y empiece la economía a crecer”, dijo.
Sin embargo, reconoció que la gran duda es sobre cuándo va a ocurrir el momento del ‘reset’ y lo que dicen todos los consensos es que probablemente ocurra antes en Estados Unidos que en Europa, ya que en el Viejo Continente, debido a la cercanía con la guerra, el invierno y la crisis energética, pudiera tardar más en recuperarse.
Banca sorteará entorno
Cuestionado sobre si el negocio de la banca logrará sobrevivir en general en el complicado entorno actual, consideró que es una crisis muy distinta, pues la posición en la que llegan los bancos y las empresas en general a este momento, es muy diferente a las que tenían cuando ocurrió en el 2008 la crisis subprime.
“Ahora efectivamente hay menos crecimiento, problemas de inflación, y la crisis energética, pero las empresas y los bancos en general llegan con unas condiciones que no son para nada comparadas con aquellas, entonces nosotros creemos que las consecuencias de esto deberían ser más benignas que las que tuvimos entonces, por eso creo que sobreviviremos mejor que la crisis del 2008, mi escenario es muchísimo más benigno que entonces”, afirmó.
Señaló que para el mercado mexicano no hay preocupaciones muy diferentes a las que se tienen en otras latitudes, como la posibilidad de menor crecimiento o recesión en Europa y Estados Unidos.