La inversión pública no logra recuperarse del impacto provocado por la crisis del COVID-19 y a pesar de los intentos por reforzarla, se encuentra rezagada no solo desde el impacto de la pandemia, sino desde inicios del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el cuarto trimestre del 2019, antes de la crisis sanitaria, hasta el tercer trimestre de este año, la inversión pública registra un rezago de 4.4 por ciento, según cifras desestacionalizadas de los indicadores de oferta y demanda publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La caída es aún más profunda desde el triunfo electoral de AMLO, pues desde el tercer trimestre del 2018 hasta la fecha se ubica 19.8 por ciento por debajo.
Y desde su máximo histórico del primer trimestre de 2009, presenta un retraso del 52.7 por ciento, muestran datos del Instituto.
Lograr una recuperación hacia los próximos meses luce complicado ante un 2023 en el que se observará una desaceleración en la actividad tanto exterior como al interior del país.
Un análisis de México, ¿Cómo Vamos? Destaca que la inversión pública representa el 12.7 por ciento de la inversión total en México y el 2.9 por ciento como proporción del PIB y que los estragos vienen desde antes de la pandemia, razón por la que se compromete la competitividad de la economía.
“Fomentar mayores niveles de inversión en un país resulta el principal motor de crecimiento. Así se alcanza una mayor producción; se generan oportunidades laborales, tanto por su efecto inmediato sobre el PIB, como por las dinámicas que genera en la economía en el mediano y largo plazo”, de acuerdo con el colectivo.
Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex, indicó que desde la crisis sanitaria por el COVID-19, la recuperación del país ha sido gradual comparada con otras naciones y que fue apenas en este tercer trimestre que el PIB regresó a sus niveles prepandemia.
“El 2023 luce complejo. Esto tiene que ver con la desaceleración mundial y en lo que se refiere a México estamos más ligados a lo que ocurra en Estados Unidos, la mala noticia es que se han elevado las probabilidades de una recesión en ese país”, dijo Quiroz en entrevista.
Inversión de Iniciativa Privada, con menor rezago
La situación en la inversión privada también arroja rezagos. Respecto a sus niveles prepandemia se ubica 1.5 por ciento por debajo.
Al comparar este componente desde el tercer trimestre del 2018 en el que AMLO ganó las elecciones al mismo periodo de este año, la inversión privada presenta un retroceso de 7.2 por ciento. Esta caída es similar desde el máximo histórico que se registró en el primer trimestre de 2018, y reporta un rezago de 7.8 por ciento.
El economista en jefe de Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada, apuntó que detrás de los datos de inversión están las diferentes decisiones políticas que iniciaron con la cancelación del aeropuerto en Texcoco y la supresión de la planta de Constellation Brands en Mexicali, Baja California.
“Son menos incentivos para la inversión privada. Uno de los principales factores que se toma en cuenta es el Estado de derecho y si se coarta, el sector privado se mantiene estancado”, indicó Calzada.
De acuerdo a cifras de México, ¿Cómo Vamos?, la inversión privada representó el 18.6 por ciento del PIB, porcentaje ligeramente mayor al 18.3 por ciento del segundo trimestre de este año.
“La inversión privada es el principal motor de formación de capital, por lo que fortalecer la certeza jurídica es fundamental para que esta no se desincentive”, destacó el think tank.
En este sentido, el 53 por ciento de las respuestas de analistas del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico) declararon que actualmente no es un buen momento para invertir, y el 33 por ciento señaló no estar seguro. Solo 14 por ciento indican que es el tiempo para invertir.