Este año la economía mexicana tendrá un crecimiento de 0.9 por ciento, por debajo del 2.6 por ciento que se estima sea el resultado de 2022. Lo anterior respondería a una contracción en las exportaciones y remesas por el bajo dinamismo que se espera en Estados Unidos, así como presiones inflacionarias, estimó el Banco Mundial.
En el análisis “Perspectivas económicas mundiales” correspondiente a enero de 2023, detalló que el pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) del país es un punto porcentual más bajo que lo esperado en junio de 2022, luego de que la expectativa de cierre del año pasado es superior a lo estimado en aquel entonces. Consideró que la economía avanzará hacia 2.3 por ciento en 2024.
“La demanda interna de servicios debería seguir su recuperación gradual en 2023, pero es probable que las perspectivas de Estados Unidos reduzcan el crecimiento de las exportaciones y las remesas entrantes”, dijo.
Además, anticipó que está el riesgo de “las persistentes presiones sobre los precios y que la inflación subyacente se sitúa en su nivel más alto en más de dos décadas”.
En este sentido, el Banco Mundial previó que la política monetaria siga siendo restrictiva, con un tipo de interés de dos dígitos durante algún tiempo. Previó también que estas condiciones monetarias lastren los componentes cíclicos del crecimiento, con un estancamiento de la inversión por debajo de su nivel de 2019.
“Se espera que el consumo y el crecimiento de las exportaciones repunten en 2024, a medida que disminuya la inflación y mejoren las condiciones externas”, apuntó en el documento.
Para América Latina, estimó que pase de 3.6 por ciento su expansión económica esperada en 2022, a 1.3 por ciento en este año (una baja de 0.6 puntos porcentuales desde lo esperado en junio pasado) ante los esfuerzos de las autoridades monetarias de la región por controlar la inflación y los efectos indirectos del debilitamiento del crecimiento mundial.
Para 2024, la economía de la región se recuperaría a 2.4 por ciento, anotó. “Se espera que la bonanza de los ingresos de América del Sur, derivada de los elevados precios de las materias primas, desaparezca en los próximos dos años, excepto en un pequeño número de exportadores de combustibles fósiles.
También se prevé que el debilitamiento del crecimiento mundial reduzca el crecimiento de las exportaciones en América Latina y el Caribe de 5.9 por ciento en 2022 a 3.6 por ciento en 2023″, puntualizó.
Finalmente, para la economía mundial pronosticó que este 2023 crezca 1.7 por ciento y se eleve un punto porcentual hacia el siguiente año. La contracción respondería a la elevada inflación, problemas geopolíticos, menos inversiones y alza en tasas; aunque podría llegar a una recesión en caso de presentarse un evento inesperado, como un aumento en los precios más grave de lo esperado.