Tras el decreto presidencial anunciado el 13 de febrero que elimina gradualmente el uso e importación de maíz transgénico y glifosato, los productores de maíz de Estados Unidos ven con preocupación la política de México y reforzaron su llamado al Representante Comercial (USTR) de iniciar una disputa bajo el T-MEC.
La publicación, que implica el segundo decreto contra el químico, indica que la medida se tomó con el objetivo de “salvaguardar la salud, un medio ambiente sano y la seguridad y autosuficiencia alimentaria”.
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz (NGCA, por sus siglas en inglés), Tom Haag, expresó su seria preocupación por la aceleración de los plazos de aplicación y dijo que la administración Biden ha sido más que paciente con México, ya que los funcionarios estadounidenses han tratado de hacer cumplir un sistema de comercio basado en reglas y defender a los agricultores estadounidenses.
“La integridad del T-MEC, firmado por el propio presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, está en juego. Señalar al maíz -nuestra agroexportación número uno a México- y acelerar una prohibición a la importación de numerosos usos de grado alimenticio convierte al T-MEC en letra muerta a menos que se haga cumplir,” dijo Haag.
Más del 90% del maíz estadounidense está modificado
Por su parte, Andy Jobman, presidente de la Asociación de Productores de Maíz de Nebraska, dijo a medios locales que esta es una medida muy audaz y negativa para Estados Unidos, pues más del 90 por ciento del maíz estadounidense está modificado genéticamente.
“La paciencia de los agricultores se ha agotado. Estamos cansados de hablar. Estamos cansados de la inacción. Es hora de que México rinda cuentas en el marco del T-MEC”, advirtió. Además, dijo que a todos los agricultores de maíz y a los grupos de productos básicos les gustaría que se presentara de inmediato una disputa comercial bajo el T-MEC.