Según un reciente informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC), la tendencia hacia la desglobalización y la formación de bloques económicos y comerciales podría tener un impacto en la economía mundial, con un costo estimado del 5 por ciento del ingreso real a nivel global, mientras que las economías en desarrollo podrían enfrentar pérdidas de dos dígitos.
La OMC destacó que ante eventos históricos como la crisis financiera global de 2008, la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, ha crecido la propuesta de acercar las cadenas de suministro o dividir la economía mundial en bloques comerciales regionales autosuficientes y esferas de influencia económica, con la cooperación limitada a grupos más pequeños de países “amigables” y “afines”.
Además, se observa un aumento en el apoyo a estrategias industriales dirigidas por el Estado, subsidios, aranceles de sustitución de importaciones y restricciones a la exportación e inversión, todo con el objetivo de aumentar la resiliencia económica y construir la autosuficiencia nacional.
Sin embargo, la OMC advirtió que un proceso de desglobalización podría no resolver los desafíos clave que enfrentan las economías en la actualidad, sino empeorarlos.
“La desglobalización podría dejar a la economía mundial más empobrecida, menos eficiente, menos innovadora y más limitada en recursos, lo que reduciría la capacidad de las economías para abordar problemas como el fortalecimiento de las redes de seguridad social, la transición a tecnologías limpias y las inversiones en educación, investigación y desarrollo, e infraestructura”, indicó.
Además, subrayó que muchos de los beneficios de la globalización provienen de la especialización económica, que se basa en la idea de que las economías se centran en lo que hacen mejor, pero estos beneficios se perderían si las economías se orientan hacia la autosuficiencia y la reducción de la dependencia de los productores más eficientes.