La sorprendente fortaleza que ha mostrado la economía en México, impulsada por la inversión y el nearshoring, llevaron a Moody’s a realizar un ajuste al alza de su pronóstico de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de año, al pasar de 3.3 por ciento, a 3.5 por ciento.
Para el próximo año también hizo cambios favorables, ya que ahora espera que la actividad económica avance 2.3 por ciento desde el 1.9 por ciento previo, según proyectó en el documento “Perspectiva Macroeconómica Global 2024-25″.
“La fuerte actividad económica ha sido impulsada en parte por una fuerte inversión, la finalización de proyectos inconclusos y el nearshoring. Esperamos que el crecimiento real del PIB de México en 2025 promedie un sólido 2.0 por ciento- 2.5 por ciento a medida que continúan cosechando los beneficios del nearshoring”, anotó.
En este sentido, enfatizó que en México la economía creció 3.5 por ciento hasta septiembre de este año en comparación con el mismo período del año pasado, su sexto trimestre consecutivo por encima del tres por ciento.
Sobre la inflación, la agencia calificadora estimó que el indicador cerrará este año en 5.6 por ciento, para 2024 lo ubicó en 4.3 por ciento; mientras que en 2025 estaría en un nivel de 3.8 por ciento.
“El Banco Central de México no prevé recortes hasta el segundo trimestre de 2024. La fortaleza económica actual y una inflación subyacente de los servicios aún elevada, aunque en desaceleración, hacen que el banco central prefiera mantener una política restrictiva y mantener la tasa en 11.25 por ciento”, comentó.
Moody’s resaltó que el crecimiento económico de la India, Indonesia, México y Brasil se ha mantenido gracias a una sólida demanda interna a pesar de las repercusiones del endurecimiento financiero mundial.
Por otro lado, Madhavi Bokil, vicepresidenta Senior, en Moody’s Investors Service, declaró que la actividad económica real en las economías avanzadas del G-20 se desacelerará de un estimado del 1.7 por ciento en 2023 a solo uno por ciento en 2024 y se recuperará al 1.8 por ciento en 2025.
“El crecimiento en los mercados emergentes del G-20 se desacelerará del 4.4 por ciento en 2023 al 3.7 por ciento en 2024 y al 3.8 por ciento en 2025″. Se espera una desaceleración sincronizada del crecimiento en 2024 debido al continuo endurecimiento de las condiciones monetarias y financieras en las economías avanzadas, agregó Bokil.
Se suman al optimismo
Por otra parte, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, estimó que los datos económicos más recientes de la economía de Estados Unidos permiten prever que la economía mexicana cerrará 2023 con un crecimiento del PIB de 3.5 por ciento.
“La información que tenemos al día de hoy, lo que habíamos esperado hacia el cierre del 2023 es que México esté creciendo alrededor de 3.5, pero en el marco macroeconómico que establecimos para el paquete económico, lo que esperamos es que esté creciendo entre 2.5 y 3.5 por ciento, ese no es un rango estadístico, es el rango donde pensamos, que contiene la información que estamos observando de nuestros modelos”, dijo en un evento de Bloomberg Línea.
“Este cúmulo de sorpresas a lo largo de los nueve meses del año es lo que confirma la expectativa. Destaca la producción industrial, en particular la construcción y la obra civil pesada, que ha crecido más de 200 por ciento”, aseguró Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico en Vector.
Resaltó que el balance de riesgos para el crecimiento económico del país está sesgado al alza, es decir, existe la posibilidad de que pueda crecer más que su estimado de 3.4 por ciento. Indicó que esperan los primeros resultados del cuarto trimestre para evaluar hacer revisiones. “Es probable que sí lo hagamos”, añadió.
Goldman Sachs estimó que en este año el PIB de México crecerá 3.4 por ciento, y en 2024 el avance sería de 2.1 por ciento, pronósticos que mejoraron desde el 3.0 y 1.7 por ciento, respectivamente.
En un reporte, señaló que es probable que el gasto de los hogares se beneficie de las sólidas remesas, flujos de crédito firmes, un contexto de mercado laboral sólido y una inflación moderada.
Además, es probable que la inversión se beneficie de una fuerte actividad de construcción, impulsada en parte por las obras públicas y la dinámica del nearshoring.
Pantheon Macroeconomics elevó su pronóstico de crecimiento de este año a 3.2 por ciento, desde el 3.0 por ciento previo. Andres Abadia, economista en jefe de la firma, destacó que el crecimiento económico del país se mantiene fuerte, gracias principalmente a la solidez de la construcción, impulsada por el aumento del gasto en infraestructura y el nearshoring, y un mercado laboral resiliente.
“Estos factores compensan completamente el lastre de condiciones financieras más estrictas y un deterioro contexto externo, al menos por ahora”, indicó.
Eduardo Osuna, vicepresidente y director general de BBVA México, afirmó que la actividad económica es impulsada por la creación de empleo y el alza de la masa salarial que estimula el consumo privado.
Prevé que el PIB de México suba 3.6 por ciento en 2023. Aunado a lo anterior está el empuje de la inversión pública y privada, así como el nearshoring, tendencia que, remarcó el banquero, es una realidad.
Los riesgos
Si bien la relocalización ayudaría a mantener el crecimiento por encima del dos por ciento en los próximos años, Moody’s alertó que las deficiencias en infraestructura, los obstáculos de política pública y los riesgos climáticos impedirían que se materialicen todos los beneficios.
Muñiz puntualizó que otro riesgo para la economía puede ser la postura restrictiva del Banco de México al mantener la tasa en 11.25 por ciento. “El mercado está esperando el momento en que se empiece a desacelerar la economía y ahí platicar la posibilidad de una reducción en la tasa de interés”, afirmó.
Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex, dijo que la tasa sí afecta a la economía, sobre todo en el nivel sin precedentes en el que se ubica, pero hay otros elementos que hoy la están compensado.
Goldman Sachs espera que la actividad real enfrente obstáculos por las altas tasas de interés, incertidumbre política y normativa en un año electoral crucial, y un entorno empresarial y regulatorio difícil.
Con información de Felipe Gazcón y Alejandro Moscosa.