Petróleos Mexicanos (Pemex) podría pagar toda su deuda, estimada en 106 mil millones de dólares al cierre de 2023, si optara por un plan de desinversión en 300 campos petroleros que producen, cada uno, menos de 17 mil barriles diarios, señaló un estudio realizado por la consultora Welligence Energy Analytics.
Los campos petroleros en los que desinvertiría Pemex representan 15 por ciento del valor total de la empresa, aunque albergan 25 por ciento de las reservas 2P del país.
“Pemex mantendría 80 por ciento de su producción actual, pero los beneficios de desinvertir esos campos marginales son inmensos para la situación financiera de Pemex, y, por ende, de México”, indicó el estudio.
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Respecto a este plan de desinversión, la consultoría comenzó detallando que, debido a sus retos financieros, Pemex no ha logrado cumplir sus compromisos exploratorios en sus asignaciones.
“La Secretaría de Energía ha disminuido sus obligaciones y otorgado nuevas asignaciones para que Pemex mantenga estas áreas. Es importante que Pemex se asocie con privados o regrese al Estado bloques exploratorios donde su actividad será limitada. Esto es clave para aprovechar los recursos prospectivos del país”, propuso la consultoría.
La implementación de este plan podría generar 17 mil millones de dólares en pagos por participación en estos campos y 147 mil millones en futuras regalías e impuestos adicionales, según Welligence Energy.
“Frente a una deuda neta de 106 mil millones de Pemex. Esto es equivalente a pagar toda su deuda neta y encima poder financiar su presupuesto actual por dos años”, se puede leer en el reporte.
La consultoría recordó que una de las principales ineficiencias surge de gestionar cientos de campos marginales dispersos.
“Estos campos, bajo la gestión de operadores más eficientes, representan una oportunidad significativa para captar inversiones. Recordemos que el Gobierno suele recibir de 70 al 90 por ciento de las utilidades en los contratos firmados con privados”, indicó.
Mercado petrolero busca oportunidades inversión en Latinoamérica
Las empresas petroleras buscan activamente oportunidades de inversión en Latinoamérica. Sin embargo, se enfrentan a escasez de opciones.
“Las licitaciones se han detenido en Colombia; los desafíos sociales obstaculizan las operaciones en Perú, Bolivia y Ecuador, y la inestabilidad económica afecta a Argentina. En Brasil, la elección de Lula ha marcado el cese del programa de desinversión de Petrobras. Solo Guyana y Surinam han atraído recientemente inversiones significativas, accesibles exclusivamente para las petroleras de mayor tamaño”, especificó el reporte.
Ante este panorama, México está ante una oportunidad única si desea desinvertir en estos campos.
“La estrategia de desinversión en Pemex busca alianzas estratégicas que preserven la soberanía sobre las reservas, atrayendo inversiones mediante garantías competitivas y un mercado abierto para los hidrocarburos, sin descuidar los intereses nacionales”, resaltó la consultoría.
La empresa Petrobras de Brasil ya realizó un ejercicio similar, al reducir su portafolio de 255 a 98 campos.
Aunque desde una perspectiva política en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha prometido rescatar a Pemex cueste lo que cueste, es vital resolver los urgentes problemas de liquidez.
“Independientemente del resultado electoral, transformar Pemex mediante la desinversión de activos marginales promete beneficios económicos significativos, mientras el Estado mantiene total control y propiedad de las reservas, y Pemex se fortalece al ser más eficiente”, recomendó la consultoría.