El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo este martes sus expectativas de crecimiento para México este año y el próximo, esto ante a un entorno global de reducido avance, pero ¿cuál es la razón?
El Fondo calculó que la economía mexicana transitará en medio de un entorno global con un ritmo de expansión que permanecerá bajo según los estándares históricos como resultado de factores que incluyen las consecuencias a largo plazo de la pandemia de COVID-19; la invasión rusa de Ucrania; el débil crecimiento de la productividad y la creciente fragmentación geoeconómica.
En el marco de las reuniones de primavera del Banco Mundial, Pierre-Olivier Gourinchas, jefe del FMI, destacó que aunque la economía global sigue siendo bastante resistente, señaló que pese a que “la pandemia dejará menos cicatrices económicas” de las esperadas, es preocupante que la tasa de crecimiento a medio plazo siga siendo históricamente baja.
Según las últimas previsiones, dentro de cinco años la economía crecerá en torno al 3.1 por ciento, la cifra más baja en décadas.
Políticas proteccionistas generan “fricciones comerciales”
Esto se debe en gran parte, señala el FMI, a la cada vez mayor fragmentación geopolítica y a la reversión de la integración económica transfronteriza impulsada por políticas proteccionistas, que está teniendo consecuencias como la limitación de los flujos internacionales de bienes, servicios, capital y trabajadores.
La fragmentación geoeconómica generará también “fricciones comerciales” y causará una “reorganización de los vínculos comerciales globales” que podría pesar sobre la actividad global en el futuro, señala el organismo.
Como hace en cada actualización del WEO, el FMI dibuja un escenario de riesgos que podrían empeorar las previsiones, entre los que menciona una escalada del conflicto en Oriente Medio, que podría empezar a materializarse este fin de semana con el ataque de Irán a Israel.
Si la inestabilidad crece, afirma el informe, habrá un aumento de los precios del petróleo y de los costes del transporte.
La geopolítica, señala el FMI, podría complicar el proceso de desinflación en curso y retrasar la flexibilización de las políticas de los bancos centrales, con efectos negativos en el crecimiento económico mundial. * Con información de EFE