Latinoamérica, la región que llevó al mundo a un ciclo prometedor en recortes de las tasas de interés, señaló que los retrasos en la flexibilización monetaria de la Reserva Federal (Fed) representan una amenaza para su recuperación económica, lo que podría influir en que el recorte del Banco de México (Banxico) tome más tiempo de lo previsto en ocurrir.
Las perspectivas económicas en Latinoamérica se ensombrecieron luego de que la Fed, a quien Banxico le siguió el paso durante meses, dijera que se retardarían los retrasos en los recortes a la tasa de interés, esto hizo que durante la semana pasada el peso mexicano perdiera las ganancias que acumuló frente al dólar en lo que va del año. Además, el ataque de Israel a Irán hizo que el tipo de cambio se disparara por una hora.
México junto con Colombia descartaron reducciones precipitadas a la tasa de interés, mientras que Brasil y Chile han dado señales de que el piso de sus recortes de tasas podría llegar antes, considerando la necesidad de un diferencial de rendimiento lo suficientemente amplio como para evitar depreciaciones monetarias perjudiciales.
Si bien esto es un desafío para todos los bancos centrales, es particularmente perjudicial para una región que nuevamente está rezagada respecto del mundo desarrollado, con un crecimiento estimado por el Banco Mundial de solo un 1.6 por ciento para 2024.
“En casi todas parte que miras hay vientos económicos en contra que restan popularidad a los presidentes”, señaló Cynthia Arnson, analista política de América Latina en el Wilson Center, un centro de estudios de Washington. “Tienen mucho menos margen de maniobra que casi en cualquier otro momento”.
Reducción del ritmo
Ante la caída de la inflación desde un máximo de tres décadas, Chile colocó a América Latina a la vanguardia de los recortes mundiales de tasas de interés en julio pasado con una reducción de un punto porcentual. Brasil, Perú, Colombia y México lo siguieron, aunque con recortes menores.
Aun así, la subgobernadora del Banco de México, Irene Espinosa, dijo esta semana que las proyecciones de inflación de las autoridades monetarias tienen “problemas de credibilidad“, y que es demasiado pronto para pensar en un ciclo de flexibilización prolongado. Chile y Colombia están cuestionando el ritmo de recortes de tasas apropiadas a medida que aumentan los riesgos, mientras que en Brasil, Campos Neto llegó incluso a plantear un escenario que podría frenar las reducciones.
“Podríamos tener un sistema en el que la incertidumbre siga siendo muy alta, pero no cambie significativamente, lo que podría significar una disminución del ritmo”, dijo Campos Neto el miércoles al hablar de las dudas en la economía global.
En el centro de las preocupaciones de los banqueros centrales están las monedas que se han hundido debido a las diferencias cada vez menores entre las tasas de interés regionales y las de Estados Unidos, lo que hace menos atractivo para los inversionistas colocar su dinero en América Latina. En consecuencia, un tipo de cambio más débil aviva la presión sobre los precios al aumentar los costos de importación.
El peor caso es el del peso chileno, que ha caído un 9 por ciento frente al dólar en lo que va del año, el segundo mayor descenso en los mercados emergentes. En medio de un ciclo de flexibilización que ya ha reducido los costos de endeudamiento en casi 5 puntos porcentuales, las autoridades monetarias afirman que gran parte de la culpa la tiene la reducción de los diferenciales de tasas con la Fed.
Por ahora, los analistas siguen viendo margen para que la inflación se desacelere en la mayor parte de América Latina, aunque a un ritmo más gradual. Chile y Colombia han señalado que los ciclos de flexibilización comenzarán al menos durante los próximos meses, mientras que Perú realizó otro —aunque tímido— recorte de tasas en abril tras hacer una pausa en marzo.
Según el gerente general del banco central de Colombia, Leonardo Villar, si se produce un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, los países de la región podrían tener más dificultades para recortar las tasas. “Las expectativas pueden cambiar en una dirección u otra en los próximos meses”.
Las autoridades monetarias también siguen disfrutando de los elogios de los inversionistas después de haberse adelantado a titanes mundiales como la Fed y el Banco Central Europeo en controlar la inflación y luego comenzar a reducir los costos de endeudamiento.
Pero mientras enfrentan las ramificaciones de los retrasos en los recortes de tasas en la mayor economía del mundo, las autoridades monetarias latinoamericanas podrían, sin darse cuenta, sentar las bases para una nueva ola de tensión política.
“El ruido acabará siendo mayor cuando los banqueros centrales dejen de bajar las tasas, y dependerá de lo que ocurra con el crecimiento”, señaló David Beker, economista jefe para Brasil de Bank of America Corp. “Ahora enfrentan críticas, pero todavía están en modo de recorte”.