Economía

Nobel de Economía 2024: ¿Por qué las ‘instituciones explotadoras’ empobrecen a los países?

Los economistas premiados con el Nobel de Economía 2024 estudiaron por qué persisten las diferencias entre instituciones en las naciones.

Esto sabemos sobre los estudios y los especialistas que ganaron el premio Nobel de Economía 2024. (EFE)

Los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robin han sido premiados con el Nobel de Ciencias Económicas 2024 por demostrar la importancia de las instituciones sociales en la prosperidad de un país.

Los especialistas premiados no sólo probaron la relación entre instituciones y prosperidad, sino que desarrollaron también herramientas teóricas que explican por qué persisten las diferencias entre instituciones y cómo estas pueden cambiar, destacó en su fallo la Real Academia de las Ciencias sueca.

Sus trabajos han contribuido a revelar qué influye en la riqueza económica de los países a largo plazo y a la comprensión de por qué es tan difícil reformar las instituciones extractivas, además de tener una influencia decisiva en las ciencias económicas y sociales.

¿Cómo es el estudio de los premiados del Nobel de Economía 2024?

Acemoglu, Johnson y Robinson usaron un enfoque empírico innovador: examinar la colonización europea en varias partes del planeta y los sistemas económicos introducidos en esos países del siglo XVI en adelante.

Comprobaron que aquellos más ricos en la época de la colonización figuraban ahora entre los más pobres y que a mayor mortalidad entre los colonos, menor producto interior bruto (PIB) per cápita en la actualidad.

Acemoglu y Robinson escribieron el libro superventas de 2012 “Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”, que alegaba que algunos países se mantienen pobres debido a problemas creados por el ser humano.


En sus estudios usaron como caso de referencia la ciudad de Nogales, que está dividida en dos por una valla en la frontera entre México y Estados Unidos, y observaron que la diferencia decisiva entre ambas no era geográfica o cultural, sino sus instituciones.

“La gente que vive al norte de la valla lo hace en el sistema económico estadounidense, que les da más oportunidades para elegir su educación y profesión, y son parte también de su sistema político, que les da más derechos políticos”, resalta el fallo.

Los premiados comprobaron que Nogales no era una excepción, sino parte de un claro patrón con raíces que se remontan a la época colonial: mientras en unos casos se optó por un sistema de explotación masiva, en otros se optó por sistemas económicos y políticos inclusivos.

¿Qué dicen los especialistas ganadores del Nobel de Economía sobre las instituciones explotadoras?

Un factor importante para determinar el tipo de colonia desarrollado fue la densidad de población del área colonizada: a mayor densidad, menos colonos y mayor resistencia, pero también más opciones luego de mano de obra barata; a menor densidad, menos resistencia y mano de obra y más colonos europeos.

En el primer caso, se establecieron instituciones extractivas centradas en beneficiar a la élite local y sin apenas derechos políticos; en el segundo, se crearon instituciones inclusivas para incentivar a los colonos a trabajar duro e invertir en su nuevo país, lo que llevó también a mayores demandas para obtener una parte de los beneficios.

Otro factor importante fue la severidad de las enfermedades que afectaron a las comunidades de colonos: donde eran más peligrosas encontramos ahora sistemas disfuncionales y más pobreza, además de corrupción y un Estado de derecho más débil.

Los premiados construyeron un modelo para explicar las circunstancias bajo las que se forman y cambian las instituciones políticas, con tres componentes.

El primero es el conflicto sobre cómo distribuir recursos y quién toma las decisiones en la sociedad; el segundo, que las masas pueden a veces ejercer el poder mediante movilizaciones y amenazando a la élite; y, el último, el llamado problema de compromiso, lo que significa que la única alternativa para la élite es entregar el poder de decidir a la población.

Ese modelo ha sido usado para explicar por ejemplo los procesos de democratización en Europa Occidental a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio en Ciencias Económicas, dijo que el análisis de los tres especialistas ha proporcionado “una comprensión mucho más profunda de las causas fundamentales de por qué los países fracasan o tienen éxito”.

La academia sueca contactó con Acemoglu, que estaba en Atenas, Grecia, para intervenir en una conferencia. El experto, de 57 años y nacido en Turquía, dijo estar sorprendido y en shock por el reconocimiento.

Acemoglu dijo que la investigación premiada subraya el valor de las instituciones democráticas. Sin embargo, añadió que “la democracia no es una panacea. Introducir la democracia es muy difícil. Cuando introduces las elecciones, eso en ocasiones crea conflicto”.

En una entrevista con The Associated Press, Robinson, de 64 años, dijo que duda que China pueda mantener su prosperidad económica mientras mantenga un sistema político represivo.

“Hay muchos ejemplos en la historia del mundo de sociedades como esa que funcionan bien durante 40 o 50 años”, subrayó Robinson por teléfono. “Lo que se ve es que eso nunca es sostenible. ... A la Unión Soviética le fue bien durante 50 o 60 años”.

Robinson dijo que muchas sociedades han hecho con éxito la transición a lo que él, Acemoglu y Johnson llaman una “sociedad inclusiva”.

“Miren a Estados Unidos”, dijo Robinson. “Este era un país de esclavitud, de privilegios, donde a las mujeres no se les permitía participar en la economía ni votar”.

“Todos los países que actualmente son relativamente inclusivos y abiertos hicieron esa transición”, agregó. “En el mundo moderno, se ha visto eso en Corea del Sur, en Taiwán, en Mauricio”.

¿Quiénes son los ganadores del Premio Nobel de Economía?

Daron Acemoglu y Simon Johnson trabajan en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), mientras que James A. Robinson realiza su investigación en la Universidad de Chicago.

El nombre oficial del galardón es Premio del Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel. El banco lo creó en 1968 como homenaje al empresario y químico sueco del siglo XIX, que inventó la dinamita y estableció los cinco premios Nobel. Los primeros ganadores fueron Ragnar Frisch y Jan Tinbergen en 1969.

El año pasado, este mismo premio lo recibió la profesora de la Universidad de Harvard Claudia Goldin por una investigación que ayuda a explicar por qué las mujeres en todo el mundo son menos propensas a trabajar que los hombres y por qué ganan menos dinero cuando lo hacen. Fue apenas la tercera mujer en ganadora entre los 93 laureados en economía.

Acemoglu, Johnson y Robinson compartirán los 11 millones de coronas suecas (equivalente a 976.000 euros o 1.1 millones de dólares) con que están dotados este año todos los Nobel, cuya ronda de ganadores se cierra hoy y que serán entregados el 10 de diciembre en una doble ceremonia: el de la Paz, en Oslo; el resto, en Estocolmo.

Con información de AP y EFE.

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