Especialistas del sector financiero coincidieron en que la calificación crediticia de México no sufrirá modificaciones significativas en el corto plazo. A pesar de las incertidumbres generadas por el cambio de administración, Joaquín Barrera, director de Renta Fija e Inversiones de Sura Investments, subrayó que las agencias calificadoras toman decisiones basadas en datos concretos, especialmente fiscales, y no en percepciones políticas.
“Las agencias crediticias no toman decisiones de calificación con una percepción política, ni siquiera con opiniones”, destacó Barrera durante el foro Meet Point Virtual: Cambio de gobierno: ¿qué esperan los mercados?, organizado por El Financiero.
En línea con estas perspectivas, Barrera fue claro al señalar que no se espera una acción inmediata por parte de las agencias que afecte la calificación soberana de México.
“No vemos en el corto plazo una disminución en la calificación crediticia de México, y estimamos que el grado de inversión se mantendrá, al menos en el futuro cercano”, aseguró.
Paquete económico 2025 clave para evaluar las finanzas públicas de México
Indicó que a medida que el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum comienza a delinear sus políticas, la presentación del paquete económico de 2025, prevista para noviembre, será un momento clave para evaluar la dirección de las finanzas públicas.
Barrera enfatizó que será fundamental que el presupuesto mantenga un equilibrio fiscal, no solo para el próximo año, sino con una visión a largo plazo que permita reducir el déficit público, actualmente cercano al 6 por ciento del PIB.
“Es crucial que el presupuesto refleje una convicción para disminuir los déficits hacia los próximos años. Esto será una clave tanto para los mercados como para las agencias calificadoras”, afirmó.
Por su parte, Valentín Martínez Rico, vicepresidente de Oferta de Valor de Sura Investments, mencionó que la atención estará centrada en cómo el gobierno logrará la prometida reducción del déficit fiscal al 3.5 por ciento o incluso al 3 por ciento del PIB.
“El reto está en que esta disminución del déficit no sea tan abrupta como para afectar el crecimiento económico”, advirtió Martínez Rico.