En su proceso democrático, México ha tenido un una gran mejora desde el punto de vista de inclusión política, pero aunque hay progresos en diferentes frentes, el país aún enfrenta retos en temas relacionados con el crimen organizado, la falta de seguridad y de Estado de derecho.
James Robinson, Premio Nobel de Economía 2024, reconocimiento obtenido en conjunto con Daron Acemoglu y Simon Johnson, consideró que algunos países de América Latina han mejorado en los últimos 30 años, como en el caso de Chile, pero otros han empeorado como Venezuela, que es hoy más pobre de lo que era hace tres décadas.
Coautor de uno de los libros más leídos en materia económica y social ‘Por qué fracasan los países’, Robinson explicó en entrevista exclusiva con El Financiero, que la democracia y la inclusión política están muy conectadas al crecimiento económico, y “en ciertas circunstancias puedes tener un régimen autoritario, que sin duda quiere empujar el crecimiento económico, pero creo que lo que estamos viendo es que eso nunca es sostenible”.
“Mi perspectiva es muy sencilla: el poder corrompe absolutamente todo y todo se puede corromper, y creo que eso es lo que la historia nos dice”, afirmó.
Cuestionado sobre si en la región, incluido México, hay algún camino para que el poder no corrompa a quienes gobiernan, o si los programas sociales que otorgan dinero de manera directa son un buen camino para que los países salgan adelante, Robinson consideró que, sin ser un experto en la política mexicana, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, “sin duda representa al pueblo de una forma en la que nunca se ha sentido representado y me parece que eso es muy poderoso. Es una persona humilde, vendió el jet presidencial, no salió del país, me parece que eso es algo que entiendo perfectamente porque a la gente le gusta eso, pero no cambias a México gastando miles de horas en la televisión”.
En su opinión, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, el camino a seguir en México, “sería con respecto a la capacidad del Estado para poder mantener el terreno de juego parejo, para detener a los monopolios, para poder proveer la seguridad y las oportunidades para las grandes masas de México. Tienen problemas importantes de seguridad, problemas dentro del sistema educativo, problemas de progreso, de desigualdad”.
Para ello, dijo que es necesario que el sector privado ayude a que pueda florecer el país, pues de esa forma “también florece el sector privado, porque de otra forma no podemos mantener la sostenibilidad sin la dinámica privada”.
Y es que afirmó no se puede tener una economía incluyente sin tener un sistema político que también sea incluyente. “Me parece que esa es la tesis de nuestra investigación y la verdad es que no hablamos mucho del tema de la corrupción, porque para mí la corrupción es un síntoma de la debilidad institucional, es un síntoma del uso del Estado desde propósitos a intereses políticos, asignando a gente de una forma meritocrática y utilizando al Estado para fines de política”.
México y su relación con EU
Al cuestionarlo sobre cómo puede aprovechar México la cercanía con Estados Unidos, el Premio Nobel de Economía dijo que la historia de nuestro país y sus leyes en los últimos 100 años muestran que tiene la capacidad de poder construir un modelo de Estado y de sociedad, que a su vez sea relevante culturalmente de una forma “muy interesante”.
“No lo ves en otros lugares, yo creo que esa es la visión, la que tienen que reclamar de vuelta, los intelectuales como José Vasconcelos y Octavio Paz tenían una visión de un México muy diferente que por sí mismo era igualitario en los sesenta y los setenta”.
Al preguntarle sobre cómo podría México tener un mayor crecimiento económico, ya que es algo que no se ha logrado en las últimas décadas, explicó que la situación actual en el mundo representa una tremenda oportunidad económica para el país. “Es tremenda en cuanto a la producción económica, incluso para China, el este de Asia, para los Estados Unidos quizás, pero México sin duda es mucho más atractivo con el nearshoring, es un gran aliado de Estados Unidos”.
Indicó que con la llegada de Donald Trump a la presidencia, junto con un equipo encabezado por el empresario Elon Musk, aún no están claras las acciones que realizará. “Creo que ni él mismo lo sabe. Lo que diría es que hay problemas reales en Estados Unidos. La mayoría de los estadounidenses no están mejor de lo que estaban hace 50 años. Ha habido una gran ralentización en la movilidad social y en la equidad, han aumentado problemas importantes con la empleabilidad por el impacto que ha tenido China. Yo creo que su interpretación del problema está mayormente equivocada”.
Consideró que la deportación masiva de inmigrantes no resolverá los problemas, más bien, dijo, son retos simbólicos; quizás alguna de sus políticas puede tener un poco más coherencia, como el mover la producción estratégica de la manufactura de los microchips de regreso a los Estados Unidos.
Pero al final, en su opinión, muchos de los problemas que se tienen en Estados Unidos se deben a que durante 40 años se adoptó un modelo “extremadamente simplista” de una economía de mercado.
Y en ese sentido, con el próximo presidente Trump “los mexicanos solo tienen que ser lo suficientemente sofisticados en cómo lidian con él. No tienes que entender al presidente Trump, sino entender sus idiosincrasias. Lo digo porque Estados Unidos necesita a México. Estamos tan arraigados y estamos tan ligados, tanto a nivel cultural e histórico, que no creo que pelear con él sea la mejor forma y la más productiva. Creo que solo tienen que entenderlo y fluir con él”.