La Inversión Fija Bruta en México puso fin a una racha de 42 meses con crecimiento al retroceder 2.3 por ciento anual en septiembre, arrastrada principalmente por la caída en la construcción no residencial, particularmente en obras públicas.
Los analistas avizoran que este indicador se mantendrá débil hacia delante, ante la conclusión de obras del gobierno, un menor dinamismo económico y la incertidumbre en torno a las políticas comerciales en Estados Unidos.
El descenso de la inversión productiva respondió principalmente a que la construcción se contrajo 5.2 por ciento anual en septiembre, con lo que ligó dos meses a la baja; además, este retroceso fue el más pronunciado desde marzo del 2021, según cifras desestacionalizadas del INEGI.
Al interior de la construcción, la no residencial mostró su segunda caída al hilo, que en septiembre fue de 12.7 por ciento anual, la más fuerte desde octubre del 2020. En tanto, la construcción residencial creció 7.1 por ciento anual, con lo que ligó nueve meses al alza.
En el gasto en maquinaria y equipo se observó una notable desaceleración, al avanzar apenas 0.8 por ciento anual en septiembre, el más bajo desde que inició su recuperación en marzo del 2021. En el desglose, la maquinaria y equipo nacional tuvo un crecimiento de 5.5 por ciento anual, pero la importada cayó 2.4 por ciento.
En su comparación mensual, la inversión productiva cayó 0.8 por ciento en septiembre, con lo que ligó dos meses a la baja, lo que fue su quinta caída en el año.
Perspectivas negativas
Hacia delante, analistas coinciden en que el panorama para la inversión luce con incertidumbre y afectada por el recorte en inversión física por parte del gobierno federal y un entorno de desaceleración económica.
“La inversión se desacelerará hacia adelante, después de la mejora observada desde el segundo semestre de 2022, debido a las modestas perspectivas de crecimiento del PIB a mediano plazo, la conclusión de las obras insignia del Gobierno federal, las altas tasas de interés y las incertidumbres sobre las perspectivas de política comercial entre México y Estados Unidos”, indicaron analistas de Citibanamex.
Por su parte, James Salazar, subdirector de análisis económico en CIBanco, dijo que tras el boom observado hasta el 2023, en este año se ha visto un estancamiento en la inversión; por ejemplo, el indicador de la Inversión Fija Bruta en enero fue de 112.8 puntos y en septiembre solo 113.1 puntos.
“La perspectiva es que se siga desacelerando, lo más probable es que este comportamiento negativo tanto en la parte mensual como anual se repita por lo menos en el último trimestre e incluso a inicios del 2025″, indicó.
Panorama 2025
Para 2025 hay varios factores en contra, como las medidas que pueda tomar el presidente electo de EU, Donald Trump, aunque uno de los escenarios optimistas es la llegada de proyectos de inversión relacionados con el nearshoring o el impulso de los proyectos del gobierno.
Marcos Arias, supervisor de análisis económico de Econosignal, dijo que el menor gasto público para 2025 se reflejará en un menor empuje en la construcción, a pesar de las obras de la actual administración a nivel de trenes.
“En comparación con los proyectos de inversión como la refinería, el AIFA, el Tren Maya si habrá complicaciones para que se mantenga el ritmo y eso nos llevará a una tendencia de debilidad en el mejor de los casos, o crecimientos anuales negativos en el 2025″, dijo.
Más allá de la entrada del Gobierno Federal en México, el equipo de análisis de Valmex prevé que la inversión fija bruta mantenga su debilidad “ante las posibles medidas proteccionistas que implemente el nuevo gobierno de Estados Unidos, lo cual podría reducir el atractivo de México como destino de inversión. No obstante, en el mediano plazo, un factor de compensación podría ser el inicio de proyectos de infraestructura por parte de la actual administración”.
Salazar subrayó que muchos de los planes de inversión se posponen hasta conocer las directrices de la nueva administración, y “los agentes económicos esperan el plan nacional de desarrollo, planes sectoriales, y el plan nacional de infraestructura, y en automático hay un freno”.
Frente a esta debilidad, Banco Base recortó su expectativa de crecimiento para la inversión de 4.0 a 3.0 por ciento y no descarta una contracción en el 2025.
“Los principales riesgos para la inversión fija bruta en 2025 son la tasa de interés aún en terreno restrictivo; presiones en los precios al productor; cautela ante las reformas constitucionales y las amenazas de Trump; desaceleración económica en EU, y recortes en gasto público en infraestructura en México”, apuntó.