La economía mexicana tiene hacia los próximos años una tarea compleja por lograr: ubicarse dentro de las 10 economías más grandes del mundo, según los planes que tiene el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Hasta el 2024, México ocupaba el lugar 13 a nivel global, con un PIB que ronda los 1.85 billones de dólares, según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, las proyecciones para este año y con el bajo crecimiento estimado de 1.3 por ciento por el FMI, la economía mexicana caería hasta la posición 15.
Para este año Brasil estaría en el décimo lugar, cuyo PIB ascendería a 2.31 billones de dólares, lo que pone a México por debajo de esa cifra en 489 mil millones de dólares, cantidad que la actividad nacional debería crecer para aspirar al top 10.
“Según el ranking global de las economías 2024-2038 de Centre for Economics and Business Research, México ocuparía la posición 15 para los próximos 15 años. La razón: bajo crecimiento esperado de 2 por ciento. La meta del Plan México es alcanzar la posición 10 en 2030. Imposible sin un crecimiento de al menos el doble”, indicó en X el socio consultor de Integralia, Carlos Ramírez.
El Plan México contempla que se logre la meta del top 10 en el 2030, sin embargo, las proyecciones del FMI apuntan a que la economía mexicana se ubique en el lugar 14 para el 2029.
En el 2029, el organismo internacional prevé que el PIB de México esté en 2.18 billones de dólares, por debajo en 560 mil millones de dólares de Italia que sería la decima economía, con 2.74 billones de dólares.
Lograr la meta del top 10 luce de momento imposible porque además de que se necesita un crecimiento más robusto, implicaría que las economías más importantes desaceleren su ritmo de crecimiento, un escenario que si se da terminaría por afectar a la economía nacional dadas las relaciones comerciales.
Para el 2029, Estados Unidos se mantendrá como la principal economía, con 35.46 billones de dólares; China, 24.59 billones de dólares; India, con 6.30 billones de dólares; Alemania, 5.56 billones de dólares, y Japón, 5.07 billones de dólares, según el FMI.