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El acuerdo publicado recientemente por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) retrasó la puesta en marcha de 17 centrales eólicas y fotovoltaicas, que estaban en proceso de realizar las pruebas críticas necesarias para entrar al sistema.
Estos proyectos representan una capacidad de generación de 2 mil 326 megawatts, equivalente al 24 por ciento de la energía eólica y solar que actualmente se comercializa en el país, de acuerdo con información proporcionada por Gustavo Villa, director de operación y planeación del sistema del Cenace, durante una reunión celebrada este martes con senadores.
Nueve de las 17 centrales que vieron suspendidas de manera indefinida sus pruebas pertenecen a proyectos resultantes de la tercera subasta de largo plazo.
Entre las plantas que verán afectadas su entrada en operación están algunas pertenecientes a compañías como IEnova, la española Iberdrola y la italiana Enel.
El acuerdo de Cenace, por el cual varias compañías han solicitado un amparo, cancela las pruebas preoperatorias para las centrales solares y eólicas, bajo el argumento de que estas dotan de inestabilidad al sistema eléctrico nacional en un momento en el cual es necesario garantizar el suministro por la emergencia sanitaria derivada de COVID-19.
"En la medida que crezca la demanda durante el año, (y si) el riesgo de la proporción de capacidad que tengamos en pruebas es menor, podemos a pesar de ello hacer las pruebas, pero no en estas condiciones en las que tenemos que nuestra demanda se ha reducido más de 10 por ciento", dijo Alfonso Morcos, titular del Cenace.
El consumo de energía durante la emergencia sanitaria ha disminuido hasta 13.6 por ciento, de acuerdo con información del Cenace.
Los privados han dicho que este acuerdo da más incertidumbre al sector, pues no menciona bajo qué condiciones o en qué fechas podrán retomarse las pruebas.