A mes y medio de la entrada en vigor de la NOM-051, Yanira Reyes, analista de mercados de Nielsen, consideró que México fue el país más riguroso de Latinoamérica en implementar los sellos de advertencia en el etiquetado frontal de varios productos.
"La implementación de la norma durante su primera etapa fue más rigurosa en México que en otros países de la región, como Chile, Perú o Ecuador", dijo.
A modo de ejemplo, la especialista en mercados señaló que en México se utilizaron desde un inicio palabras como 'exceso', cuando en las primeras fases de otros países se prefirió utilizar la palabra 'alto', además, en México se agregaron inmediatamente etiquetas que no recomiendan el consumo en niños de productos que contienen edulcorantes o cafeína.
De acuerdo con lo observado en otros países, el impacto del etiquetado de sellos en los consumidores no llegará de inmediato.
"En Chile vimos que se demoró cuatro meses y medio en observarse una reducción en la compra de productos etiquetados, sobre todo los que tienen tres sellos o más y los que incluyen la advertencia de sodio, curiosamente los productos saludables con sello fueron los más afectados, ya que generan desconfianza en el consumidor", dijo.
Para el caso de Perú, a un año de su implementación, un 72 por ciento de los consumidores manifestó haber cambiado sus hábitos de compra, mientras que en Ecuador, las ventas de productos etiquetados fueron cuatro veces menores respecto a los productos que no tenían ningún tipo de sello.
Además, un 51 por ciento de los consumidores ecuatorianos estarían dispuestos a pagar más por productos sin octágonos.
En México, se esperan resultados tangibles hasta el primer trimestre de 2021, aunque de acuerdo con cifras de consumo al mes de octubre, ya se ha comenzado a observar una desaceleración en las ventas en productos con sellos, sobre todo los que tienen entre tres o cuatro.
"Los que tienen tres sellos han sido los más afectados, pero tenemos que esperar un poco de tiempo para poder confirmar que esta desaceleración del consumo se debe al etiquetado y no a otros factores, como la pandemia del COVID-19", detalló la analista.
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Los productos marcados con los sellos podrían reflejar una caída en su volumen de ventas de entre 6 y 25 por ciento, dependiendo la categoría del producto.
"Un buen rediseño puede frenar la caída de las ventas hasta en un 50 por ciento, según una encuesta que realizamos entre directivos ejecutivos, el 89 por ciento ya planean rediseñar sus empaques", indicó.
Los consumidores de un poder adquisitivo bajo serán los más 'fieles' a los productos, aún con todo y etiquetado, ya que están más preocupados por la economía familiar y los precios que en la legislación.
De acuerdo con cifras de Nielsen, el 64 por ciento de los consumidores de este estrato socioeconómico sufrirán una reducción de sus ingresos a causa de la pandemia, por lo que el 58 por ciento mantendrá la compra de productos, aunque tengan sellos.
En contraste, los consumidores de un perfil medio-alto sí comenzarán a modificar sus hábitos de consumo, ya que se espera que opten por adquirir productos más sanos y con la menos cantidad de sellos.