La industria panificadora, las chocolateras y las escuelas (por los desayunos escolares) fueron los principales 'culpables' de que la demanda de pasitas disminuyera un 40 por ciento durante la pandemia del COVID-19, lo que ha provocado incertidumbre entre los productores de este ingrediente, señaló en entrevista Emilio del Castillo, presidente nacional de la uva pasa del Consejo Mexicano Vitivinícola.
"Hemos tenido afectaciones de demanda, además tuvimos que hacer algunos cambios ya que como fuimos catalogados como una actividad esencial, redujimos el horario laboral y aplicamos diversas medidas sanitarias, alrededor de 8 mil 200 trabajadores dependen de esta industria", dijo.
La disminución de la demanda y la menor mano de obra han provocado que el proceso de producción de las pasitas pase de 20 toneladas diarias a solo 10.
"En años normales, México produce unas 18 mil toneladas de pasitas, pero este año esperamos una producción de 12 mil toneladas, una disminución cercana al 33.3 por ciento", señaló.
De esta forma, la pandemia vino a romper una buena racha para este producto, ya que en 2019 se produjeron 22 mil toneladas, su mayor nivel en los últimos ocho años.
Actualmente, México es el noveno país productor de pasas, en el continente americano únicamente se encuentra por debajo de Estados Unidos y Chile.
"Me da miedo que se paralice la economía nacional, la ventaja con la pasita es que es un superalimento, no solo es para el arroz con leche, una bolsita puede durar un año sin problema si se mantiene en un buen ambiente, además de que aporta una gran cantidad de energía", detalló del Castillo.
El experto señaló que cada 100 gramos de pasitas aportan 300 calorías 'de las buenas', y que incluso, se le cataloga como un alimento de economía de guerra.
"Cuando los soldados iban a la guerra, era el último alimento que podían tocar, ya que en dado caso de escasez, las pasitas te inyectan energía para continuar", agregó.
Alrededor del 95 por ciento de la producción nacional de pasitas se realiza en Sonora, Caborca, donde gracias a las temperaturas extremas, el sol se encarga de convertir la uva fresca en pasita en menos de 12 días.
"8 de cada 10 pasitas se destinan al consumo nacional, ya sea cubiertas de chocolate o como ingrediente para el mole, mientras que las otras dos pasitas se venden al exterior", añadió el presidente nacional de la uva pasa.