El nuevo Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex), presentado este martes, dejó de lado las rondas petroleras y los farmouts, las dos figuras planteadas en la reforma energética para la participación del sector privado dentro de la compañía. En cambio, la petrolera plantea la participación de otras empresas a través de los Contratos de Servicios Integrales de Exploración y Extracción (CSIEE).
Se trata de un modelo de prestación de servicios, mediante el cual las compañías privadas aportan el 100 por ciento de la inversión necesaria para la exploración y producción de crudo en un campo. A cambio, los contratistas reciben una remuneración en dólares por unidad de hidrocarburo producido.
Dicha tarifa depende de la actividad y el riesgo de esta, explicó este martes Octavio Romero Oropeza, director de la petrolera.
Los contratos planteados por Pemex tendrán una duración de entre 15 y 20 años, periodo en el que la compañía mantendrá la titularidad de la asignación y continuará como operador, según una presentación de la petrolera que data de abril pasado.
En esa fecha, la empresa anunció que utilizaría este mecanismo para incrementar la producción en campos maduros.
Con este tipo de contratos, Pemex busca compartir el riesgo de las asignaciones, complementar capacidades técnicas y reducir costos. Sin embargo, es un modelo de negocio que no resulta muy atractivo para las compañías privadas, de acuerdo con especialistas.
A diferencia de las rondas petroleras y los farmouts, con el modelo de los CSIEE las compañías privadas no podrán vender el petróleo obtenido en el extranjero ni compartir las ganancias del crudo con Pemex.
Con las rondas petroleras, las empresas tenían el derecho temporal de explorar y producir petróleo en el territorio nacional, mientras que con los farmouts, la iniciativa privada compartía riesgos financieros y tecnológicos, así como las ganancias resultantes con la petrolera.