A inicios de este año, Petrobras dejó de ser la empresa petrolera más endeudada del mundo para cederle el sitio a Pemex. Mientras que la brasileña 'carga' 88 mil millones de dólares, tiene 107 mil millones de dólares en deuda, según Bloomberg.
Petrobras, que fue considerada como la joya de la corona de la industria de aquel país, vivió su periodo más álgido de 2014 a 2018 que la llevó a tener más de 120 mil millones de dólares en adeudos.
Hace cinco años, el escándalo de corrupción por Odebrecht, una crisis derivada en la baja de los precios internacionales del petróleo, y una política gubernamental basada en el control de los precios de los combustibles, la llevaron a reducir su valor en 2.3 veces comparado con 2010, cuando vivió uno de sus mejores momentos.
La 'tormenta perfecta' por la que atravesó llevó a la dirección de la compañía a dar en 2016 un giro drástico. El plan se basó, entre otras cosas, en reducir sus gastos de operación y en la venta de activos, como su compañía transportadora de hidrocarburos y su división encargada de la venta de gas LP, pues hasta antes de la crisis, Petrobras tenía participación en todos las procesos de la cadena de valor.
La venta de activos de la petrolera no ha cesado. En la última semana de abril, anunció que pondría a la venta ocho de sus doce refinerías, con lo que esperaba recaudar cerca de 20 mil millones de dólares. La razón: quiere centrarse en la exploración y producción.
"Utilizan un enfoque basado en lo que más ganan dinero y mejor hacen", dijo Adrián Calcaneo, director de midstream y líquidos de IHS Markit.
El aumento en su producción de crudo también fue clave en superar su crisis, Petrobras se enfocó en farmouts, es decir, asociaciones público privadas para explorar y desarrollar campos, sobre todo en aguas profundas. "Eso les permitió utilizar expertos y tecnología", explicó Calcaneo.
Nelson Narciso, quien fue director de la Agencia Nacional de Petróleo de Brasil, admitió que aunque aún falta mucho por hacer en la empresa brasileña, cambiar los directivos fue un factor decisivo en la recuperación. "Fue una de las decisiones más acertadas", dijo.
Los especialistas consultados coinciden en que la percepción de corrupción comienza a ser no tan tomada en cuenta con los inversionistas, quienes están más centrados por las rondas petroleras que incentiva el país.
"La percepción es que más allá del escándalo de corrupción, hay una serie de instituciones con las que se puede trabajar y hay condiciones para seguir haciendo trabajos, luego de que cambiaron una serie de condiciones que estaban generando un cuello de botella. Ahora Brasil es mucho más amigable a los ojos de inversionistas", dijo Raúl Gallegos, consultor energético.