La comisión anual por mantener disponible la Línea de Crédito Flexible (LFC) que tiene contratada México con el Fondo Monetario Internacional costó 169 millones de dólares en 2020, de acuerdo con datos del Banco de México.
En sus estados financieros semanales del pasado 24 de noviembre, refirió que el monto correspondió a la "comisión anual de la renovación de la Línea de Crédito Flexible", se descontó del saldo de las reservas internacionales del país.
Dicho monto fue mayor en 6.29 por ciento a lo pagado por la comisión en 2019, que fue de 159 millones de dólares. El pago más elevado se realizó durante el 2017, cuando el gobierno mexicano dio 432 millones de dólares.
Desde el 2014, el país ha gastado un total de mil 633 millones de dólares en mantener disponible este instrumento, del cual nunca se ha usado un sólo dólar desde que está vigente.
La semana pasada el Directorio Ejecutivo del FMI concluyó la revisión para determinar que México reúne los requisitos para el acuerdo en el marco de la LCF y reafirmó que el país continúa satisfaciendo los criterios de acceso a los recursos de esta línea, por un monto equivalente a 61 mil millones de dólares, que fue aprobado por el Directorio Ejecutivo el 22 de noviembre del 2019.
El FMI afirmó que México ha cumplido con los siguientes criterios como de finanzas públicas sanas y deuda pública sostenible; inflación baja y estable bajo un marco sólido de política monetaria y cambiaria.
Además de condiciones favorables para el acceso al fondeo externo para el gobierno federal; una posición adecuada de reservas internacionales; y un sistema financiero robusto y solvente acompañado de una supervisión efectiva.
El FMI inauguró el programa de la Línea de Crédito Flexible en su marco de préstamos en 2009 con el objetivo de hacer frente al complejo entorno generado por la crisis financiera.
México logró el acceso a este programa por primera vez el 17 de abril de 2009 (con alrededor de 47 mil millones de dólares), renovando constantemente esta facilidad desde ese año. Esta línea de crédito ha mejorado la posición del país para poder enfrentar eventuales choques e impulsar la confianza de los inversionistas.