El Banco Mundial estimó este martes que la economía mundial crecerá 2.6 por ciento en este año, por debajo del 2.9 por ciento de la previsión de enero. Para Estados Unidos mantuvo la expectativa en 2.5 por ciento.
El organismo apuntó que la desaceleración de la economía a nivel global para este año se debe a riesgos como el aumento de las barreras comerciales, las nuevas tensiones financieras y freno en el crecimiento de varias de las principales economías.
Además, expuso que el crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo se ve limitado por el poco dinamismo de la inversión, y los riesgos se orientan a la desaceleración económica.
Los problemas estructurales que llevan a asignar indebidamente la inversión o a desincentivarla también influyen en las perspectivas de crecimiento.
"En la actualidad, el impulso económico sigue siendo débil, en tanto que los elevados niveles de deuda y el escaso crecimiento de la inversión en las economías en desarrollo están impidiendo a los países lograr su potencial. Es urgente que los países lleven a cabo reformas estructurales importantes para mejorar el clima de negocios y atraer inversión", indicó el presidente del organismo, David Malpass.
En el documento, Malpass también señaló que se debe dar prioridad a la transparencia de la deuda.
"También deben priorizar la gestión y la transparencia de la deuda, de modo que el nuevo endeudamiento contribuya al crecimiento y fomente la inversión", puntualizó.
Debilitamiento del comercio
Se prevé que el crecimiento del comercio mundial se debilite a 2.6 por ciento en 2019 desde 4.1 por ciento en 2018, un punto porcentual completo por debajo de los pronósticos anteriores y el más débil desde la crisis financiera mundial, advirtió este martes el Banco Mundial.
En el reporte Perspectivas Económicas Globales, el organismo proyectó que el comercio global será más débil de lo que se previó anteriormente, reflejo de una perspectiva más suave para la inversión global y, aunque asume que las nuevas tarifas impuestas siguen aplicándose en todo el horizonte de pronóstico, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China son frágiles y podrían deteriorarse aún más.
El organismo reconoció que algunos acuerdos comerciales podrían ayudar a impulsar el comercio global, pero no es el caso del acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, que aún no ha sido ratificado y "podría afectar el comercio de productos agrícolas, automóviles, textiles y prendas de vestir. Sin embargo, se espera que tenga efectos limitados en la actividad económica", expone el documento.
De igual forma, en estos pronósticos no se incluyeron las potenciales tarifas que Estados Unidos imponga a los productos mexicanos, medida que podría afectar el comercio de América del Norte.