La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) no 'echa las campanas al vuelo', pese a la ratificación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), debido a que la certidumbre para invertir en México no regresa, toda vez que los elementos de volatilidad global que aquejan a los mercados continuarán en el 2020.
De acuerdo con José-Oriol Bosch Par, director general de la BMV, la ratificación del T-MEC es una variable de incertidumbre a despejar para nuestra economía, pero aún hay más elementos que necesariamente necesitan mejorar para ver un mercado de valores más dinámico y una actividad productiva más vigorosa.
"Aún con el rally de este martes (de 1.63 por ciento), la Bolsa tiene un rezago importante frente a sus similares internacionales. Pero mientras no se resuelva la situación de un mayor crecimiento económico, de ver más inversión en el país y de que regrese la confianza, no se podrá ver un mercado bursátil más vigoroso, rentable y apetitoso para financiarse y apalancarse en Bolsa", aseveró Bosch Par.
Recordó que ya han pasado dos años de sequía de ofertas públicas iniciales (IPO); de que el Índice de Precios y Cotizaciones (S&P/BMV IPC) está en los mismos niveles, 43 mil puntos, de hace cinco años, por lo que está estancado el mercado (está flat).
Así, la BMV reconoció que no hay muchas condiciones para una IPO, de hecho no tienen solicitud para ese mercado, aún.
"El T-MEC es una buena noticia; pero habrá que esperar más noticias positivas (...) la BMV está preparada para los proyectos productivos que se vengan", aseguró Bosh durante la comida de fin de año en la BMV.
Este martes más temprano, las delegaciones negociadoras de Estados Unidos, Canadá y México firmaron en Palacio Nacional el protocolo modificatorio al T-MEC, luego de alcanzar un acuerdo en la aplicación del tratado.
A la firma acudieron la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland; el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer; y Jared Kushner, asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Ahora el tratado deberá ser aprobado por los Congresos de los tres países para su posterior ratificación.
Pese a que el tratado estaba prácticamente completo, legisladores demócratas estadounidenses exigieron cambios para poder aprobarlo, uno de esos temas fue el tema laboral.
En un principio, el país vecino del norte quería aplicar inspecciones a empresas y plantas del país para corroborar que se cumpliera lo establecido en cuanto al tema laboral.