Economía

Canadá busca convencer a Trump de que el problema en el TLCAN es México, no ellos

Durante la reunión que sostendrán Justin Trudeau y Donald Trump, Canadá mediará para que las restricciones y problemas se centren en México.

Cuando el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se reúna con Donald Trump el miércoles, tratará de persuadir al presidente estadounidense de que se centre en México como fuente de problemas potenciales en las conversaciones para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Si bien los canadienses se mostraron confiados en que Trump apuntaría mayormente a México en el inicio de las renegociaciones del TLCAN, en los últimos meses Washington aplicó altos impuestos a Bombardier y a la madera canadiense, además de que amenazó a la industria del vino y los lácteos de su vecino.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo que Trudeau le explicaría "con toda claridad al presidente (...) que Canadá no es el problema de Estados Unidos". Freeland dijo el domingo a CTV que el mensaje para sus vecinos al sur será: "Somos su mayor cliente".

Trump amenazó con abandonar el pacto comercial de 1994 a menos que se apliquen modificaciones que traten asuntos como el déficit de 64 mil millones de dólares con México. El miércoles, los negociadores se reunirán en Washington para la cuarta de siete rondas planeadas de conversaciones, que culminará el 15 de octubre.

Chris Sands, docente de la Universidad Johns Hopkins, comentó que los problemas de Canadá marcaban "una nueva era de amor rudo" con Washington. "Resulta que Trump es un nacionalista económico (...) y eso ha resultado sorpresivo para los canadienses".

México ha sido más enérgico con Washington. El Gobierno mexicano ha hablado abiertamente sobre la posibilidad de abandonar el TLCAN si es necesario o reducir las importaciones de granos estadounidenses.

Andrés Rozental, exsubsecretario de Relaciones Exteriores de México que participó en las negociaciones iniciales para el TLCAN, afirmó que tradicionalmente Ottawa había asumido que las relaciones cercanas que mantenía con Estados Unidos lo aislarían de los problemas con el pacto.

"Los canadienses han caído en las realidades del mundo de Trump", comentó Rozental. "Ahora se dan cuenta de que Trump no se adapta al molde y de que no tienen ninguna relación especial".

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