En la discusión de la reforma laboral está en juego la competitividad del país, aseguró Carlos Salazar Lomelín, nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Si bien se debe buscar proteger los derechos del trabajador y preservar la paz laboral, lo que se legisle no debe inhibir la capacidad productiva y la inversión, recomendó en entrevista con Enrique Quintana y Víctor Piz para La Silla Roja deEl Financiero Bloomberg.
"Los empresarios sí queremos poner al día y proteger los derechos del trabajador. Tenemos que cuidar que siga existiendo la paz laboral, que exista una flexibilidad siempre en el diálogo en los derechos del trabajador y que el diálogo conduzca a mejores derechos del trabajador, pero al mismo tiempo, que eso no inhiba y limite la capacidad productiva y la inversión. Lo que legislemos, tenemos que legislarlo de acuerdo a las capacidades de la empresa y defendiendo los derechos del trabajador", dijo Salazar Lomelín.
Durante su participación en el programa, el nuevo líder de la máxima cúpula empresarial, señaló que la actual discusión de las leyes secundarias de la reforma constitucional que se hizo en el año 2017, es oportuna para incluir aspectos que ya se venían haciendo en las empresas, pero no estaban en la ley.
"Como empresarios, estamos totalmente de acuerdo que exista un poner al día nuestra nueva ley, actualizarla. Muchas de las cosas ya se hacen en los centros de trabajo", pero advirtió que debe pensarse en las capacidades de la empresa también.
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Los empresarios sí queremos poner al día y proteger los derechos del trabajador"
Cambios necesarios por T-MEC
En la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, los tres países acordaron sumarse al Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que entre otras cosas, promueve la libertad sindical; México hizo lo propio porque le interesa tener ese acuerdo comercial dado el importante volumen de exportaciones que el año pasado llegaron a 400 mil millones de dólares.
"Las exportaciones son muy importantes, tendrías que sumar las exportaciones de todo Latinoamérica y no igualarían las exportaciones de México y eso representa un gran peso en el PIB del país. Por eso, a México le interesa ese tratado y no podemos perder competitividad y tampoco podemos sostener la competitividad a costa del trabajador", destacó.
El regiomontano dejó en claro que el sector empresarial buscará ser más propositivo que reactivo y privilegiará el diálogo en su relación con el gobierno federal.
"El Presidente ha sido muy claro de que en todos los diferendos actuará siempre con el diálogo y con la escucha. Yo esperaría que eso sea siempre el comportamiento de la autoridad, porque en la vida nadie tiene la verdad absoluta y el que lo crea tiene el pecado de soberbia más grande que puede haber en el comportamiento humano. Ni los empresarios, ni la autoridad y por lo tanto, esto es un diálogo constante que tenemos que tener", señaló el empresario.
Pobreza e inversión, los retos
En su toma de protesta como presidente del CCE, Salazar Lomelín lanzó dos propuestas al jefe del Ejecutivo en las que dijo que el sector privado le ayudaría a reducir la pobreza extrema en seis años y "hacer de la inversión una obsesión" para crecer al cuatro por ciento.
Hacer que las piezas se acomoden de la manera correcta para encaminar al país en la senda de un crecimiento más dinámico, es un reto de todos los mexicanos, expuso.
"Este es un tema que nos compete a todos, a veces creemos que una vara mágica del Presidente de la República va a solucionar todo", dijo.
Explicó que el Presidente tiene una gran responsabilidad porque es el que pone rumbos y marca incentivos que hacen que las sociedades mejoren, "pero este es un reto de nosotros como sociedad, de cómo podemos usar nuestros talentos y nuestras habilidades, que en México nos sobran, y en la medida en que coordinemos mejor y olvidemos el encono y la diferencia y la diatriba, que gana muchas ocho columnas, pero no produce", advirtió.
El empresario señaló que la realidad de México debe cambiar para que haya la capacidad de tomar el riesgo de invertir. Se debe combatir la corrupción como lo que han hecho otras sociedades: transparentar procedimientos, hacer conocidos sus reglamentos, digitalizar trámites y dejar de utilizar el efectivo, también como forma para reducir la informalidad.