La producción fabril de China se expandió más rápido de lo previsto a comienzos de año; sin embargo, trata estos datos con cautela ya que podrían tener distorsiones debido a las celebraciones del Año Nuevo Lunar.
La producción fabril creció un 7.2 por ciento en el periodo enero-febrero de este año respecto al mismo período de 2017, dijo este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas de ese país
Este dato superó lo estimado por analistas, que esperaban un aumento de 6.1 por ciento, así como el incremento de 6.2 por ciento registrado en diciembre.
Esta expansión más rápida de la estimada sugiere que la segunda economía más grande del mundo ha mantenido un impulso sólido, pese a las medidas contra las industrias contaminantes y para reducir los riesgos en el sistema financiero.
El crecimiento de la inversión en activos fijos de China aumentó también inesperadamente a un 7.9 por ciento en enero-febrero. Los analistas consultados por Reuters habían pronosticado que se enfriaría a un 7.0 por ciento desde un ritmo de 7.2 por ciento en todo 2017.
Por el contrario, la expansión de las ventas minoristas también se expandió un 9.7 por ciento, lo que incumplió levemente las expectativas de una expansión del 9.8 por ciento, pero se ubicó por encima del 9.4 por ciento de diciembre.
Datos comerciales reportados la semana pasada mostraron que las exportaciones aumentaron inesperadamente en febrero a su ritmo más rápido en tres años, incluso en momentos en que las relaciones comerciales con Estados Unidos se deterioran rápidamente.
Sin embargo, los datos de China a principios de año suelen ser tratados con cautela debido a las distorsiones causadas por el calendario de las celebraciones del Año Nuevo Lunar, que cayeron a fines de enero en el 2017 pero comenzaron a mediados de febrero este año.
Por esto, una imagen clara de la salud económica de China podría no emerger hasta que se publiquen los datos del primer trimestre en abril.
Muchos economistas creen que el impulso disminuirá este año. Pero una serie de lecturas a la fecha, que van desde datos oficiales hasta encuestas privadas, sugieren que el crecimiento de China aún es resistente, lo que mantendría bien encaminada una recuperación global sincronizada.