El COVID-19 agravó los problemas de América Latina, "la región más desigual del mundo, económicamente disfuncional y políticamente peligrosa", dijo José Ángel Gurría, secretario General de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Gurría afirmó durante una conferencia este jueves, que se debe actuar para que en la normalidad pos pandemia la vida sea mejor. Gurría aseguró que muchos de esos cambios derivan en reformar los sistemas tributarios y hacerlos más progresivos.
"Los gobiernos tienen que invertir más en educación, en salud, en infraestructura para el crecimiento futuro. Y para eso se necesitan más ingresos, que la gente pague impuestos, que haya sistemas fiscales progresivos en la región", señaló.
Mientras el promedio de recaudación entre los países de la OCDE es del 35 por ciento, en México es de la mitad. "Eso hace un gobierno pequeño, y eso significa recortes en salud, educación, infraestructura, toda la inversión para el futuro y al mismo tiempo tienes muy pocos ingresos", añadió.
"La estructura de los servicios públicos registran déficits y todo esto fue antes de la crisis. Entonces viene el virus y todo lo hizo más obvio. El problema no fue que lo cambió, sino que el problema se hizo más obvio, evidente y urgente", aseguró Gurría.
Con la crisis, la línea que divide a la clase media de la pobreza y la pobreza extrema se ha vuelto más delgada, con un escenario de 20 millones más de personas en pobreza extrema en la región. Informalidad, desigualdad del ingreso, de oportunidades de trabajo, de acceso a la salud y a la educación eran problemas que América Latina ya enfrentaba y el COVID lo evidenció.
Esto hace más urgente atenderlos para evitar crisis sociales ante el descontento de una clase media casi desaparecida, miles de desempleados sin habilidades, expuso el funcionario de la OCDE en la conversación que sostuvo en el 2020 COA Symposium and BRAVO virtual Series, organizado por la Americas Society Council of the Americas (AS-COA).
"Latinoamérica es la región más desigual en el mundo. Es económicamente disfuncional, es políticamente explosiva y muy peligrosa. En muchos países el COVID, el confinamiento, detuvo algunas de las protestas en las calles, pero si piensas en la normalización en seis meses o un año, tendrás el impacto del COVID en las clases", advirtió.
Con la crisis, con tres meses sin ingresos, la llamada clase media no podrá subsistir. Sistemáticamente el costo de educación, alimentos, salud, vivienda, lo ha resentido y han aumentado más que los ingresos de la clase media. Ahora es hay mayor dificultad para permanecer en la clase media, dijo Ángel Gurría.
"Una mejor idea de un mundo poscovid tendrá que ser construida por todos, no vendrá sola. Las cifras del desempleo reflejan las acciones que se deben tomar para recapacitar o dotar de habilidades a esas personas que han perdido su empleo", afirmó.
Menor inversión, menos comercio internacional
La consecuencia económica, social e incluso política, es que el común denominador en el mundo es que las personas están molestas, han dejado de invertir por la incertidumbre y la inversión es la palanca para el crecimiento del mañana. Es parte de los elementos que dinamizan el comercio internacional y la globalización, señaló el secretario general de la OCDE, y su recomendación fue "cooperación, cooperación, cooperación".
Expuso que las inversiones necesitan que haya comercio, y eso dinamiza la actividad comercial internacional. Comercio e inversión son claves para el comercio internacional y lo importante es mantener esos flujos.
"Hay riesgo muy alto y el problema es que está ocurriendo. Cuando hablas de mercados, de inversiones, el ambiente es muy importante; las expectativas justo ahora son malas y pueden empeorar", concluyó.