La Reserva Federal de Estados Unidos acordó este jueves una línea temporal de swaps de divisas con nueve bancos centrales, entre ellos el Banco de México (Banxico), para respaldar los préstamos en dólares en los mercados globales, que han sido presionados por el impacto de la pandemia del COVID-19, y estabilizar el mercado cambiario.
El acuerdo establece una línea de intercambio de 60 mil millones de dólares con Banxico.
Pero y a todo esto, ¿qué es un swap?
Es un contrato derivado a través del cual dos partes intercambian instrumentos financieros. Estos pueden ser de tasas de interés, materias primas, índices o tipos de cambio.
De este modo se pacta el cambio del activo en una fecha futura a un precio ya definido, el cual puede incluir algún interés.
En el caso particular de la Fed, esta intercambiará dólares por cantidades iguales de las divisas de estas instituciones, entre las que están los bancos centrales de Australia, Brasil, Corea del Sur, Dinamarca, Noruega, Suecia, Singapur y Nueva Zelanda.
La permuta permitirá a los bancos ofrecer esos dólares a las instituciones que suelen otorgar préstamos en moneda estadounidense.
Este instrumento puede tener distintos fines: suavizar la volatilidad del activo que se intercambia, reducir los riesgos de líquidez o cubrir una posición.
Debido a que se trataba de una permuta, no de un préstamo, no hay riesgo de incumplimiento.
Esta línea de swaps de divisas que tiene la Fed se inició en 2007, inicialmente con bancos centrales de países desarrollados.
A medida que se intensificaron las presiones sobre el sistema global en 2008, la Fed expandió la disponibilidad a economías más pequeñas y avanzadas y a mercados emergentes, como Corea del Sur y Brasil.
En 2010, Banxico canceló esa línea de swaps por la línea de crédito flexible del Fondo Monetaria Internacional (FMI).
El subyacente más común en los swap son los de tasa de interés en el que se intercambian tasas variables por fijas.