La demanda de petróleo de China se redujo en aproximadamente tres millones de barriles por día, es decir el 20 por ciento del consumo total, a medida que el coronavirus exprime la economía, según personas con conocimiento interno de la industria energética del país.
La caída en la demanda probablemente es la mayor que ha sufrido el mercado del petróleo desde la crisis financiera global de 2008 a 2009, y la más repentina desde ataques del 11 de septiembre. Podría forzar la mano de la OPEP y sus aliados, que están considerando una reunión de emergencia para reducir la producción y frenar la caída de los precios, que se dirigen al cierre más bajo en cuatro meses.
"Es realmente un evento de cisne negro para el mercado petrolero", dijo John Kilduff, socio de Again Capital LLC en Nueva York, quien tiene más de 15 años de experiencia en el comercio de energía. "Hubo alguna esperanza para la perspectiva de la demanda este año antes del brote, pero eso se ha bloqueado. La OPEP tiene que reaccionar. Si no hay más recortes de producción, solo habrá más pérdidas de precios ".
Las refinerías chinas están almacenando productos de petróleo no vendidos, como gasolina y combustible para aviones, según los ejecutivos. Pero cada día crecen las reservas, y algunas refinerías pronto pueden alcanzar sus límites de almacenamiento. Si eso sucediera, tendrían que reducir la cantidad de crudo que procesan. Un ejecutivo dijo que las ejecuciones de las refinerías probablemente se reducirán pronto en un 15-20 por ciento.
Sinopec Group, la refinería más grande del país, está en proceso de reducir los flujos en sus plantas en un promedio de aproximadamente 13-15 por ciento y revisará si se necesitan más recortes, según una persona familiarizada con el asunto. La empresa se negó a hacer comentarios sobre sus operaciones.
Tradicionalmente, durante las vacaciones de Año Nuevo, la demanda de gasolina y combustible para aviones aumenta a medida que cientos de millones regresan a casa, mientras que el consumo de 'gasoil' disminuye a medida que la actividad industrial se desacelera.
Más allá del precio global de Brent, cualquier otro indicador en el mercado físico y de derivados también apunta a un mercado que se debilita. Los denominados plazos diferenciales, que miden la diferencia de precios entre los contratos de entrega en diferentes momentos, se han derrumbado, lo que indica que se espera que la demanda a corto plazo siga siendo débil.