En medio de una intensa crisis política en donde la presidenta del país, Dilma Rousseff, ha sido destituida temporalmente de su cargo, Brasil se encuentra en una profunda recesión económica que está afectando a diversos sectores, no obstante, un tipo de cambio débil es el factor que podría estar compensando en parte la tragedia.
"A pesar de que la débil demanda externa está perjudicando a las exportaciones de Brasil, el bajo valor de la moneda (real) ha provocado que disminuya la demanda de importaciones y mejore notablemente la balanza comercial", indicaron los analistas de Focus Economics.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país retrocedió 5.4 por ciento en el primer trimestre del año, comparado con el mismo periodo de 2015, siendo la octava caída trimestral consecutiva y la mayor recesión en al menos 25 años.
Las inversiones se desplomaron 17 por ciento, en lo que constituye la octava caída seguida. La construcción también descendió un 6.2 por ciento, los servicios un 3.7 por ciento, el comercio un 10.7 por ciento y el consumo de las familias un 6.3 por ciento en el primer cuarto.
Sin embargo, el real brasileño está en 3.60 por dólar, es decir, un 13.8 por ciento más débil en comparación con los últimos 12 meses en términos nominales.
Ante ello el país registró un superávit comercial de seis mil 437 millones de dólares en mayo, el mejor resultado para este mes desde que comenzó la actual serie en 1989, y acumula un saldo positivo de 19 mil 681 millones en los cinco primeros meses del año, de acuerdo con el ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
Las importaciones alcanzaron 11 mil 134 millones de dólares en mayo, un 24.3 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado.