Las empresas no están pensando aún en repatriar sus capitales a Estados Unidos para aprovechar la reforma fiscal, más bien están a la espera de qué ventajas competitivas puede ofrecerles el gobierno mexicano en una eventual reforma a su marco tributario.
Sin embargo, si las autoridades tardan mucho tiempo en tomar acciones para hacer contrapeso a la reforma de Trump, podrían detenerse proyectos de inversión planeados en México, advirtió Mauricio Hurtado, socio director de PwC México.
"Los inversionistas están a la espera de cuáles pudieran ser las ventajas competitivas que el país puede seguir ofreciendo para tomar una decisión final. El reto es que en ese proceso hay veces que se detienen los proyectos de inversión, eso sí lo hemos visto de manera muy clara", dijo.
En entrevista consideró que uno de los riesgos de que la reacción de México a la reforma fiscal sea tardía, es que otros países se sigan moviendo (en términos fiscales) ante la intensa competencia por atraer inversiones, lo que ocasionaría que el país quede fuera de las preferencias de la comunidad de negocios.
"El hecho de que pase demasiado tiempo y los otros países sigan desarrollando esquemas atractivos, le va restando competitividad al país", apuntó.
Sostuvo que en México hay industrias que requieren de inversión de bienes de capital, por lo que no es tan fácil mover esos activos a Estados Unidos u otro país, pero la repatriación de capitales o el retorno de las fábricas es un escenario en la mesa de los inversionistas.
"Es difícil pensar que de la noche a la mañana se van a mover todas esas fábricas a otro lugar, sin embargo, sí puede ocurrir si no le damos a esos negocios los elementos y las condiciones necesarias para desarrollarse de manera consistente y sobre todo, con un beneficio razonable en el tema fiscal", afirmó.
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