Funcionarios chinos anticipan que Estados Unidos no cumplirá con su amenaza de incrementar los aranceles este domingo, en tanto que ambos lados se enfocan en reducir las tensiones recortando los impuestos a las importaciones, en vez de remover productos específicos de la lista de sanciones, de acuerdo con personas cercanas al asunto.
Beijing considera que la eliminación de la amenaza para el 15 de diciembre permitirá que las conversaciones avancen para finalizar la primera fase del acuerdo, comentaron este martes dos funcionarios con la condición de anonimato debido a que las pláticas son privadas.
Aunque el gobierno de Donald Trump aún no anuncia la postergación de los aranceles, el secretario de Agricultura de EU, Sonny Perdue, mencionó el lunes que creía que había espacio para "dar unos pasos atrás".
Reducir los aranceles actuales permitiría a los negociadores evitar escoger entre miles de bienes que no serían afectados por los impuestos. Estados Unidos ha añadido un 25 por ciento de aranceles en alrededor de 250 mil millones de dólares en productos chinos y un 15 por ciento en otros 110 mil millones en importaciones en el transcurso de los 20 meses que lleva la guerra comercial.
Las discusiones actuales ilustran las dificultades para alcanzar un acuerdo que hace más de ocho semanas el presidente Trump afirmó estaba prácticamente finalizado. Tomaría además de tres a cinco semanas plasmar el pacto en papel.
El secretario de Comercio de EU, Wilbur Ross, mencionó en Fox News que lograr un buen acuerdo es más importante que si se consigue o no antes del 15 de diciembre. "Cada día que pasa estamos en una mejor posición de negociación", dijo. El funcionario añadió que los temas más complicados serán atendidos en fases posteriores de la discusión.
Para complicar más la primera etapa de la negociación con China, la atención del representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, se encuentra en consumar la ratificación en el Congreso de su país del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC).
La marcha atrás en la implementación de aranceles elevaría la confianza de la economía global y sería una señal de que tanto Estados Unidos como China están dispuestos a llegar a un acuerdo, pese a las elevadas tensiones de las últimas dos semanas.