CIUDAD DE MÉXICO.- En 2012, alrededor del 20 por ciento de los pobres en México padecían pobreza crónica desde el 2004, es decir, no pudieron salir de su situación de pobreza; ese porcentaje se encuentra en línea con el promedio de América Latina y el Caribe de 21 por ciento, reveló un nuevo estudio del Banco Mundial.
El documento "Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe", que fue presentado este lunes en Lima, Perú, indica que a pesar de los avances de la región contra la pobreza, uno de cada cinco latinoamericanos -alrededor de 130 millones de personas- continúan atrapados en la pobreza subsistiendo con menos de 4 dólares al día.
La pobreza crónica varía considerablemente entre países, por ejemplo entre los años 2004 y 2012 Uruguay, Argentina y Chile ostentaron las cifras más bajas de pobreza crónica, con tasas de alrededor del 10 por ciento.
En el otro extremo, Nicaragua, Honduras y Guatemala muestran las tasas más altas de pobreza crónica, que fluctúan entre 37 por ciento en Nicaragua y 50 por ciento en Guatemala, considerablemente mayores que el promedio regional de 21 por ciento.
La geografía y el contexto caracterizan en gran medida la pobreza crónica, Renos Vakis apuntó que ese tipo de pobreza tiende a concentrarse geográficamente, ya que 50 por ciento vive en pocas regiones de Latinoamérica.
Es decir, que las regiones en las cuales reside la mayoría de los pobres crónicos no son necesariamente las que tienen las tasas más elevadas de pobreza crónica, un ejemplo de ello es el Distrito Federal, capital de México.
Si bien la incidencia de la pobreza crónica en el Distrito Federal es igual al promedio regional, su cuantiosa población implica que en términos absolutos la capital mexicana alberga a casi el 3 por ciento de los pobres crónicos de América Latina y el Caribe, colocándola en el sexto lugar en la contribución al número de pobres crónicos en América Latina.
En contraste, en Baja California (entidad federativa de México ubicada al noroeste del país) habita únicamente el 0.2 por ciento de los pobres crónicos de la región pese a que exhibe tasas más altas de pobreza crónica.
Jamele Rigolini y Renos Vakis, autores del reporte y economistas del Banco Mundial, explicaron que la pobreza crónica tiene sus raíces en aspectos como que los pobres crónicos viven en regiones donde acceden a empleos de baja productividad que no les ayudan a ascender, "sus familiares siempre fueron pobres, por eso para ellos conseguir empleo cuesta mucho más".
Ana Revenga, director senior de la Práctica Global de Pobreza del Banco Mundial, dijo que el hilo conductor para salir de la pobreza son los ingresos laborales, pues aunque las transferencias sociales juegan un papel importante, lo que hace que haya una mejora en las personas pobres es el aumento de la participación laboral que debe venir acompañada por más productividad.
"Las personas en pobreza crónica no tienen acceso a un empleo de calidad o mercado laboral financiero que sea el punto de entrada para romper el círculo vicioso que se crea en la pobreza crónica", expresó durante la presentación.
Javier Escobal, investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo, destacó que la pobreza en América Latina y el Caribe disminuyó más de 16 puntos porcentuales en el transcurso de una sola década, de 41.6 por ciento en el 2003 a 25.3 por ciento en el 2012, y la pobreza extrema se redujo a la mitad durante el mismo período, de 24.5 a 12.3 por ciento.
Eso significó que en general 70 millones de personas salieron de la pobreza, no obstante, matizó que lo más preocupante es que hay personas que nunca lograron salir de su situación de pobreza, "es un problema complejo porque son personas pobres que tienen carencias múltiples para las cuales no va a ser suficiente un programa social ni el crecimiento económico".