El Gobierno del presidente Barack Obama decretó este jueves reglas definitivas para evitar que las empresas estadounidenses reduzcan sus impuestos en el país estableciéndose en el extranjero.
Seis meses después de proponer la regulación, el Tesoro de Estados Unidos cumplió con su compromiso de reaccionar rápidamente a los cambios de domicilio fiscal de compañías con nuevas normas, pese a la oposición de asociaciones de empresas y de legisladores republicanos.
"Por años, este Gobierno consistentemente ha pedido una reforma tributaria amplia para las empresas que arregle nuestro estropeado sistema impositivo", dijo a periodistas el secretario del Tesoro, Jack Lew. "Ante la falta de medidas en el Congreso, es responsabilidad del Tesoro usar sus facultades para proteger la base tributaria", agregó.
Cabilderos de grupos empresariales dijeron que las reglas probablemente sean disputadas en la corte.
La llamada "inversión tributaria" ocurre cuando una empresa estadounidense es comprada por una compañía más pequeña de un país extranjero que tiene una baja tasa de impuestos, con lo que se adopta el nuevo domicilio y se reduce la carga fiscal conjunta en Estados Unidos.
El mecanismo se ha usado desde la década de 1980, pero una nueva ola de operaciones en años recientes ha llevado al Tesoro a tomar una serie de medidas, incluyendo las regulaciones finales del jueves, que fueron anunciadas en abril como parte de un paquete que provocó el fracaso de una fusión entre la farmacéutica Pfizer Inc y la irlandesa Allergan Plc.