El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves un acuerdo comercial 'fase uno' con China, con lo que se evita la introducción el 15 de diciembre de una nueva ola de aranceles estadounidenses por unos 160 mil millones de dólares en bienes de consumo de la nación asiática, según personas familiarizadas con el asunto.
El acuerdo presentado a Trump por asesores comerciales este jueves incluyó una promesa de los chinos de comprar más productos agrícolas estadounidenses, según las personas consultadas por Bloomberg. Los funcionarios también discutieron posibles reducciones de los aranceles existentes sobre los productos chinos, comentaron las fuentes.
Los términos han sido acordados, pero el texto legal aún no se ha finalizado, dijeron las personas. Un portavoz de la Casa Blanca declinó hacer comentarios.
La administración se ha comunicado con aliados en Capitol Hill y en la comunidad empresarial para emitir declaraciones de apoyo una vez se haga el anuncio, añadieron las personas.
Las acciones estadounidenses subieron a récords más temprano este jueves a medida que crecía el optimismo de que habría un acuerdo. Trump tuiteó que EU y China estaban "MUY cerca" de firmar un acuerdo comercial "GRANDE", lo que también envió las acciones al alza.
"¡Lo quieren, y nosotros también!", tuiteó cinco minutos después de la apertura de los mercados de valores en Nueva York, lo que envió las acciones a nuevos récords.
Trump ha rechazado los acuerdos con China antes. Los negociadores han estado trabajando en los términos del acuerdo de 'fase uno' durante meses, después de que el presidente anunciara en octubre que ambos países habían llegado a un acuerdo que podría ponerse en papel en cuestión de semanas.
Estados Unidos ha agregado un arancel de 25 por ciento sobre aproximadamente 250 mil millones de dólares en productos chinos y un gravamen de 15 por ciento sobre otros 110 mil millones de dólares de sus importaciones en el transcurso de una guerra comercial de aproximadamente 20 meses. Las discusiones ahora se centran en reducir esas tasas a la mitad, como parte del acuerdo interino que Trump anunció hace casi nueve semanas.
Además de un aumento significativo en las compras agrícolas chinas a cambio de un alivio arancelario, los funcionarios también dijeron que un pacto de 'fase uno' incluiría compromisos chinos de hacer más para detener el robo de propiedad intelectual y un acuerdo de ambas partes de no manipular sus monedas.
Aplazadas para discusiones posteriores se encuentran cuestiones problemáticas, como las quejas de Estados Unidos desde hace mucho tiempo sobre la vasta red de subsidios –que van desde electricidad barata hasta préstamos a bajo costo– que China ha usado para construir su poder industrial.
Los funcionarios de las dos economías más grandes del mundo han estado bloqueados en negociaciones sobre el acuerdo de 'fase uno' desde que Trump lo anunció.
Los nuevos aranceles, que estaban programados para entrar en vigencia el primer minuto de este domingo, hora de Washington, afectarían a los bienes de consumo chinos, incluidos teléfonos inteligentes y juguetes.
Antes de este jueves, los asesores de Trump enviaron señales contradictorias y enfatizaron que no había tomado una decisión sobre los próximos pasos. Los defensores de retrasar el aumento de los aranceles han argumentado que las negociaciones continuas con Beijing le permitirán mantener una línea dura con China sin infligir el daño económico que podría traer más impuestos a las importaciones.
La decisión que enfrenta Trump destaca un dilema con el que se enfrenta antes de las elecciones de 2020: apostar por una escalada de hostilidades con China y los aranceles que tanto le gustan, o seguir el consejo de asesores más orientados al mercado y líderes empresariales que argumentan que una pausa en la escalada ayudaría a que la economía estadounidense se recuperara en un año electoral.