Economía

Gobierno de Trump 'perdona' arancel a biblias importadas desde China, pero no a los rosarios

Los textos están entre las 25 categorías de productos exentados; sin embargo, a otros artículos religiosos sí se les aplicará esta medida.

WASHINGTON.- El Gobierno del presidente Donald Trump retiró a las biblias impresas en China de la lista de bienes a los que se le aplicarán aranceles, en una decisión que seguramente agradará a sus partidarios cristianos.

La oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) dijo este miércoles que las biblias están entre las 25 categorías de productos a los que no se le aplicarán aranceles del 10 por ciento desde el 1 de septiembre y el 15 de diciembre.

Otros productos eliminados, debido a su importancia, incluyeron asientos de seguridad para niños, grúas usadas en puertos y construcción, contenedores de envío y ciertos tipos de peces.

Pero los rosarios y otros artículos religiosos personales que se importan de China se verán afectados por dicho arancel, según una lista del USTR publicada este martes.

Cerca de un 60 por ciento de estos artículos religiosos importados provienen de China, y el año pasado sumaron alrededor de 11 millones de dólares, según un análisis de Reuters de datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

En mayo pasado, las biblias y otros textos religiosos que llegan desde China - totalizaron 91.7 millones de dólares en 2018 o el 65 por ciento del total de las importaciones estadounidenses en el rubro- fueron colocados en una lista de artículos con aranceles de hasta el 25 por ciento como parte de la categoría de libros impresos y folletos.

El Gobierno de Trump postergó este martes la imposición a las importaciones sobre laptops, teléfonos móviles, consolas de videojuego y un amplio rango de otros productos hechos en China, en un abrupto retroceso en la línea dura establecida sobre el comercio con el gigante asiático.

Trump anunció el 1 de agosto que impondría un arancel del 10 por ciento sobre las importaciones de productos chinos por un valor de 300 mil millones de dólares a partir de septiembre, lo que llevó a China a detener las compras de productos agrícolas estadounidenses.

Estados Unidos también declaró a China un manipulador de divisas. Beijing niega haber manipulado el yuan para obtener ventajas competitivas.

La disputa comercial de un año ha girado en torno a cuestiones como los aranceles, subsidios, tecnología, propiedad intelectual y seguridad cibernética, entre otros.

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