Economía

Historias de la pandemia: muda oficina del Palacio de los Deportes a su hogar

Ligia Calderón ya cumplió un año haciendo home office; su rutina cambió por completo, pero ha reconvertido sus habilidades y tiene fe que hacia el final del año reinicien los eventos masivos.

Cuando Ligia Calderón decía "voy a la oficina" no se refería a algún edificio del corredor Paseo de la Reforma o Polanco, sino al emblemático Palacio de los Deportes, uno de los recintos más importantes de Ciudad de México y del país donde se realizan conciertos, ferias y en días recientes se ha convertido en un centro masivo de vacunación contra COVID-19.

Sin embargo, desde marzo de 2020 su oficina se mudó a su casa y sin imaginarlo ya cumplió un año haciendo home office y de reconvertir sus habilidades. Su rutina cambió por completo, pero rescata que en este largo confinamiento ha reconvertido sus habilidades y tiene fe que hacia el final del año reinicien los eventos masivos.

Ligia lleva 9 años trabajando en Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) −el corporativo empresarial mexicano más grande de entretenimiento del país que agrupa a diversas empresas como Ocesa− y no recuerda una crisis en la industria como la que se atraviesa hoy a raíz de la pandemia.

"Todavía hubo eventos en marzo, el último fue el Vive Latino, ya después de ahí no hubo más, todo se fue para atrás. Mi último evento fue el concierto de Maroon 5, eso fue lo último para mí. Ahorita no se está operando en ninguno de los inmuebles de Ocesa y yo que trabajaba en Palacio de los Deportes no se está laborando, ahorita todos estamos desde casa", relata.

Ligia de 36 años de edad dice que CIE se vio orillada a aplicar un recorte de personal ante la cancelación de eventos masivos y a pesar de que se lanzaron eventos en streaming para compensar las pérdidas, no obstante, esa modalidad de conciertos no resultó del todo rentable porque además surgieron más empresas que vendieron ese tipo de eventos.

Esta situación implicó para ella y los empleados que permanecieron en la empresa que tuvieran que absorber las funciones y tareas de las personas que fueron liquidadas.

"Aquí la situación es que al haber prescindido de tanta gente muchos tuvimos que absorber áreas de las que no teníamos conocimiento y aprender".

Antes de la pandemia su actividad principal era la facturación, pero eso bajó de forma considerable al no haber eventos. Hoy su puesto consiste en actividades administrativas y operativas que −asegura− ya domina en un 80 por ciento, además perfeccionó el uso del Excel y otras herramientas digitales.

"No me encuentro igual que antes, sí cambió lo que hago y las personas con las que trabajo, pero en lo personal no creo que sea para mal, estoy aprendiendo cosas nuevas. Sí se truncaron muchos planes, es una empresa que impulsa el crecimiento de sus empleados y pues no pierdo la esperanza de que más adelante los pueda lograr", confió.

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