El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador restringió los apoyos a agricultores, dependiendo del número de hectáreas que siembren, lo que dejó fuera a los grandes productores y encendió las alarmas en esta industria.
Durante la temporada otoño-invierno 2018, el presupuesto para el incentivo complementario al ingreso objetivo que otorgaba el gobierno era de más de 2 mil millones de pesos y aplicaba a más de 11 millones cuatro mil toneladas de cuatro productos: maíz, 6.2 millones de toneladas; sorgo, 2.3 millones; soya, 4 mil toneladas; y trigo panificable cristalino con 2.5 millones de toneladas.
Aunque se planteaba establecer el límite del ingreso objetivo a 30 hectáreas de riego, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural aumentó esta superficie a 50 hectáreas, sin embargo, aún se considera que no es suficiente para los productores más grandes, lo que podría restarle competitividad al sector.
"Vemos en la agricultura comercial que es tanta restricción y tanta falta de claridad sobre las condiciones para la agricultura comercial... nos están dejando en un estado de indefensión porque no te permiten hacer una planeación a largo plazo", señaló Jacobo Cabrera, presidente del Consejo Agropecuario de Jalisco, uno de los grupos líderes del sector en el estado que más produce y exporta alimentos en México.
Agricultura por contrato
El ingreso objetivo otorgado mediante la agricultura por contrato le ha dado certidumbre a la producción agroalimentaria de mediana y gran escala en México, sin embargo, el gobierno puso un techo a las hectáreas de quienes pueden aplicar al incentivo complementario, cuestión que mantiene preocupados a los productores nacionales.
"Del 35 al 40 por ciento de la producción nacional se contrata por agricultura por contrato... por eso preocupa que a la fecha no se han definido las bases", dijo Juan Carlos Anaya, director general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.