WASHINGTON.- Los precios al consumidor de Estados Unidos registraron su mayor caída en ocho meses en septiembre por un descenso del costo de la gasolina, pero un repunte constante de las presiones subyacentes sobre los precios debería atenuar los temores de que se afianza una tendencia de desinflación.
El Departamento del Trabajo dijo el jueves que su índice de precios al consumidor bajó 0.2 por ciento el mes pasado tras caer 0.1 por ciento en agosto.
En los 12 meses a septiembre, el IPC se mantuvo sin cambios por primera vez en cuatro meses tras avanzar 0.2 por ciento en agosto.
Economistas encuestados por Reuters esperaban un descenso del IPC de 0.2 por ciento en septiembre y una baja de 0.1 por ciento frente al año previo.
El denominado IPC subyacente, que elimina los precios de los alimentos y la energía, avanzó 0.2 por ciento tras un alza de 0.1 por ciento en agosto.
Las autoridades de política monetaria, que están divididas sobre el momento de endurecer la política monetaria, podrían sentirse cómodos con el incremento del IPC subyacente del mes pasado.
En los 12 meses a septiembre, el IPC subyacente se incrementó 1.9 por ciento, el mayor avance desde julio de 2014, tras subir 1.8 por ciento en agosto.
El mes pasado, los precios de la gasolina cayeron 9.0 por ciento, la mayor baja desde enero, tras un declive de 4.1 por ciento en agosto. Los precios de los alimentos, en tanto, se incrementaron 0.4 por ciento, el mayor avance desde mayo de 2014, tras aumentar 0.2 por ciento en agosto.