La inflación anual en México se ubicó en 3.78 por ciento en julio, su menor nivel en dos años y medio, principalmente por la tendencia a la baja de los precios de los energéticos en el país, que a tasa anual crecieron menos de uno por ciento, en promedio, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó por segundo mes consecutivo dentro del rango objetivo de Banco de México, fijado en 3 puntos porcentuales (+/- 1 punto).
La información dada a conocer fue similar a lo estimado por analistas consultados por Bloomberg.
Para Alejandro J. Saldaña, gerente de análisis económico de Grupo Financiero Ve por Más, la desaceleración económica podría limitar el riesgo de observar un incremento de precios durante el resto del año
Para diversos analistas, la convergencia hacia el objetivo de inflación de Banxico se mantiene firme, lo que aunado a la debilidad en la actividad economía y bancos centrales alrededor del mundo con posturas más dovish, podrían animar a que el banco central en México realice modificaciones en la tasa de referencia antes de lo previsto.
La trayectoria descendente de la inflación anual fue favorecida por el componente no subyacente, en particular por los precios de los energéticos y de las frutas y verduras, mientras que la subyacente se resiste a registrar un claro descenso.
De manera desagregada, la balanza subyacente, que es aquella que excluye de su conteo los productos que presentaron una alta volatilidad en sus precios, continuó mostrando cierta resistencia a disminuir, al ubicarse en 3.82 por ciento anual, prácticamente el mismo nivel observado durante el mes previo.
Los dos principales rubros de la inflación subyacente mostraron resultados divergentes.
Por un lado, las mercancías (alimentos, bebidas, tabaco y productos no alimenticios) cedieron un poco sus precios, al registrar una tasa inflacionaria de 3.85 por ciento anual, mientras que los servicios (vivienda, colegiaturas y otros servicios) miraron ligeramente al alza, al establecerse en 3.79 por ciento.
La llegada de las vacaciones de verano derivó en que diversos tipos de servicios vinculados al turismo y al esparcimiento subieran.
El transporte aéreo, el cine, los servicios turísticos en paquete y los hoteles se encontraron dentro del 'top 10' de los productos de servicios que más incrementaron sus precios, al registrar aumentos anuales de 13.9, 10.6, 4.6 y 2.1 por ciento, respectivamente.
Por otra parte, la balanza no subyacente (que es aquella que monitorea el comportamiento de los productos que tienen más 'susceptibilidad' a modificar sus precios), le siguió el paso a la inflación general, al reportar una variación anual de 3.64 por ciento, su nivel más bajo en los últimos dos años y medio.
"A la luz de la caída sustancial de la no subyacente y de la sostenida rigidez de la subyacente, esta es la primera vez desde diciembre de 2016 que la última excede a la primera", indicaron analistas de Citibanamex en un reporte.
Indicaron que este punto continuará teniendo un peso importante en las decisiones de política de Banxico, por lo que prevén un recorte en la tasa de referencia de 25 puntos base hasta septiembre.
Aunque las mercancías agropecuarias (frutas, verduras y pecuarios), registraron un ligero repunte de 6.33 por ciento anual, la trayectoria de los energéticos y las tarifas autorizadas por el Gobierno continuó su tendencia a la baja, al reportar una variación de 1.73 por ciento anual.
Entre los combustibles de mayor interés para los hogares mexicanos se observó que, tanto la gasolina Magna como la Premium, disminuyeron sus precios, al registrar variaciones de 4.68 y 4.71 por ciento, en cada caso.
En la variación mensual, la inflación presentó un incremento de 0.38 por ciento respecto a junio, mientras que la variación acumulada (el incremento de precios en lo que va del año), se ubicó en 0.65 por ciento.
Aceleran baja
Dentro de la inflación no subyacente destacó la moderación en los precios de la energía. Su comportamiento fue el que más 'alivió' a los bolsillos de los consumidores mexicanos, al presentar un incremento anual de apenas 0.8 por ciento anual, su nivel más bajó en casi tres años.
A su interior destacó la baja de 10.5 por ciento en el gas LP, la de mayor magnitud desde que hay registros disponibles en el INEGI, a partir de 2012. Por su parte, el precio del gas natural doméstico subió 1.5 por ciento anual, la cifra más baja en año y medio.
En el caso de las gasolinas, los precios continuaron moderándose y también reportan mínimos en 18 meses, con 4.71 por ciento de incremento, en el caso de la Premium, y de 4.68 por ciento en la Magna.
Por su parte, las tarifas eléctricas se elevaron 1.02 por ciento, por debajo de los niveles de los dos meses previos.
En la variación mensual los precios de los energéticos registraron una baja de 0.4 por ciento, la cuarta de manera consecutiva.
Fue el único componente de la inflación mensual con baja; el INPC general aumentó 0.38 por ciento en julio, con un avance de 0.26 en el índice subyacente, y de 0.74 en el no subyacente.
Las alzas que más contribuyeron a la inflación de julio fueron en el pollo, con 4.46 por ciento, en la cebolla y en la papa, con 15.85 y 8.20 por ciento.
Estos incrementos fueron mitigados por las bajas en el precio del gas doméstico (2.56 por ciento), el chayote (22.6 por ciento) y la uva (29.27 por ciento).