Si el gasto público no es eficiente, las repercusiones podrían ser las de una inflación que no logre ajustarse a la baja y provoque nuevas alzas en las tasas de interés por parte de Banco de México durante 2018 con un efecto adverso en el poder adquisitivo y la inversión, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su reporte semanal sobre la economía mexicana reitera su preocupación sobre la eficiencia de la asignación del gasto público. Si bien el reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) señala que durante los primeros once meses del año el gasto total ejercido resultó 43.4 mil millones menor que el del año previo, si se compara con la cifra aprobada por el Congreso para el mismo periodo esta resulta todavía superior en 109.6 mil millones de pesos.
"La preocupación para el 2018 aumenta con las presiones inflacionarias provenientes del ajuste de los precios de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno federal, entre los que resaltan los recientes aumentos en el gas doméstico, y todos los servicios oficiales. Aunado a esto, se tienen las presiones cambiarias que podrían incidir negativamente en la inflación subyacente, limitando la posibilidad de que la inflación moderara su ritmo de crecimiento", expone en su informe.
Luego de que en la última encuesta de expectativas que realizó el Banco de México durante 2017, el promedio del pronóstico de inflación para el 2018 volvió a ajustarse al alza para ubicarse en 3.96 por ciento, en este contexto aumenta la posibilidad de que el Banco de México tenga que ajustar al alza sus tasas de interés, lo que ayudaría a mantener la tenencia de valores gubernamentales en poder de no residentes, reducir déficit de cuenta corriente, cuidar las reservas internacionales y proteger el poder adquisitivo, aunque por otro lado tendría un efecto negativo en el consumo y la Inversión.
"Es fundamental tener claro el entorno que enfrenta la economía mexicana y sus fortalezas, con el objetivo de plantear las mejores políticas públicas para mantener la fortaleza de la estabilidad macroeconómica y estimular un mayor crecimiento, sobre todo en un ambiente en el que además habrá que hacer frente a los efectos de la resolución del TLCAN y la reforma fiscal de los Estados Unidos", señala el CEESP.
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