La inversión del sector privado en México acumuló un año en contracción y profundizó su caída, ante el entorno de incertidumbre, lo que propició un estancamiento en la actividad económica.
De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inversión privada cayó 5.49 por ciento a tasa anual en el tercer trimestre de 2019, lo que representó su mayor retroceso en seis años. La radiografía completa señaló que este indicador muestra cifras negativas desde el cuarto trimestre del año anterior.
Por su parte, la inversión del sector público se contrajo 11.1 por ciento, y también ligo cuatro trimestres consecutivos a la baja.
Para Jorge Sánchez, director de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), el estancamiento de la economía bien se puede atribuir a la importante caída que ha tenido la inversión privada durante el año.
"La caída se deriva de las dudas que ha generado el nuevo gobierno con sus proyectos de inversión y un escenario internacional complicado. Sin embargo, no solo ha sido la privada, la inversión pública sigue mal desde el sexenio pasado y en este va peor. Es urgente que en el 2020 este gobierno reactive ambos rubros para regresar, al menos, al 2 por ciento de crecimiento que hemos tenido en promedio durante los últimos 30 años", dijo.
No obstante, consideró que esto se ve difícil porque en temas energéticos hay muchas dudas para invertir, este gobierno debe entender que "necesita enviar mensajes y acciones claras además de urgentes para reactivar la inversión privada; tenemos estabilidad macro, finanzas públicas sanas y baja inflación, así que deberían de aprovechar estas ventajas para dar el mensaje adecuado a la IP", indicó.
Jesuswaldo Martínez, investigador económico del Instituto Belisario Domínguez, señaló que el Plan Nacional de Infraestructura, proyecto que busca reactivar tanto la inversión pública como privada, tendrá un alcance insuficiente.
"Por más que revisé el Plan Nacional de Infraestructura, no hallé una gran estrategia de obras, no hay una gran obra pública o un proyecto magno que encabece la política pública de inversión; sin embargo, sí hay diversos proyectos que a nivel regional o sectorial podrían ayudar a reactivar la actividad económica", señaló.
Apuntó que las finanzas públicas jugarán un papel trascendente, ya que gran parte de los resultados que se obtengan el próximo año dependerán de qué tanto fluya el dinero.
"No hay que olvidar que la gestión del presupuesto público durante este año fue muy accidentada, recordemos que hubo un subejercicio de alrededor de 178 mil millones de pesos a mediados de año, lo que se une a los recortes que afectaron a la administración pública y a la caída en la recaudación, estos problemas pueden agravarse si se prolongan para el próximo año, pues se traduciría en menores ingresos para las arcas públicas", puntualizó.
Efectos del T-MEC
Jesuswaldo Martínez consideró que la aprobación del T-MEC podría causar un efecto favorable en la inversión, debido a que imprimirá certidumbre entre los empresarios.
Otro componente de la demanda agregada que representó un lastre para la economía fue el gasto gubernamental, ya que durante el tercer trimestre del año cayó 1.85 por ciento a tasa anual, su tercer trimestre consecutivo de contracciones, según los registros del INEGI.
En contraste, las exportaciones de bienes y servicios registraron un crecimiento de 3.52 por ciento anual en el periodo de referencia, por lo que jugaron el papel de 'salvavidas' para la actividad económica del país.
"Las exportaciones se han beneficiado principalmente de la estabilidad del tipo de cambio, aunque también hay que destacar que los incrementos al salario mínimo no se han traducido en mayores costos para los productores que exportan, así que los envíos mexicanos siguen siendo el eslabón fuerte de la economía mexicana", puntualizó el investigador.impacto negativo
Entre enero y septiembre el gasto en inversión restó 1.0 punto porcentual al crecimiento económico.