La Fundación Bill & Melinda Gates recibió un inesperado aporte a sus arcas al venderse una participación en una pequeña firma de biotecnología, adquirida en 2013 para fomentar el trabajo sobre las enfermedades olvidadas en 86.7 millones de dólares, unas 17 veces la inversión original del fondo.
La ganancia inesperada, a partir de la participación de cinco millones de dólares en Anacor Pharmaceuticals Inc., que se hizo pública ayer, pone de relieve un enfoque de financiación atípico que la Fundación Gates, la más importante a nivel empresa filantrópica privada del mundo, usa para activar investigaciones realizadas sobre enfermedades que afligen a las personas y a los países pobres.
Las fundaciones sin fines de lucro utilizan principalmente subvenciones para llevar a cabo sus misiones. Aunque la Fundación Gates, con sede en Seattle, otorga cerca de cuatro mil millones de dólares anuales, se reserva un pozo de alrededor de mil 500 millones para "inversiones relacionadas con los programas", que comprende participaciones accionarias, entre otros. Estas herramientas le permiten a la fundación asumir riesgos de los que normalmente rehuirían los capitalistas, dijo Andrew Farnum, que dirige el programa de inversión.
Anacor, comprada por Pfizer, con sede en Palo Alto, California, hace drogas en base a boro, un elemento con una variedad de usos que posee propiedades antimicrobianas. "A las empresas les gusta obtener la validación de la Fundación", señaló Farnum. premio.
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