CIUDAD DE MÉXICO.- El sector empresarial minimizó el anuncio sobre la cancelación de la construcción de la refinería de Tula, Hidalgo, porque la decisión obedece a un reacomodo de dicho proyecto del que se puede obtener más rentabilidad.
Juan Pablo Castañón Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) aseguró que Pemex debe trabajar y operar con una vocación o misión de más beneficios, "así que no debe satanizarse esta decisión".
Aclaró que la ahora empresa productiva del estado tiene la misión de escoger los proyectos más eficientes y reacomodar también sus propias posibilidades, por lo que sus inversiones deben canalizarse con ese criterio que es el que rige o tiene que darse en cualquier compañía productiva.
Subrayó que la construcción de refinerías en México abre el abanico de oportunidades para más inversiones en México, pero de acuerdo a las vocaciones y costos inherentes de cada una de las empresas".
IMPORTACIÓN DE ENERGÉTICOS
Respecto a la rentabilidad o menor costo que para México implica el traer los energéticos de Estados Unidos, opinó que ese es un tema de oportunidades, aunque el Consejo de Administración de Pemex determinó que debe analizarse la opción, así como la de atraer más inversión al país para hacer refinación en el país. "También debemos evaluar la necesidad de tener otros productos derivados de la refinación, como pueden ser insumos para desarrollar pequeña y mediana industria química, farmacéutica, del plástico, y en todos los derivados del petróleo".
INVERSIONES EN ÁREAS PRIORITARIAS
Precisó que se necesitan grandes inversiones para ampliar la infraestructura nacional, pero si Pemex enfoca su gasto en el corto plazo hacia otras áreas que son más prioritarios para ellos, esa decisión debe ser respetada, sobre todo si es decisión de su consejo.
Castañón puntualizó que "lo que debemos pedirle a Pemex es rentabilidad, eficiencia, cobertura, y que enfoque sus inversiones donde haya más oportunidades para la empresa".
Anotó que cuando se anunció la construcción de la refinería de Tula los argumentos siempre fueron que era poco viable porque resultaba más barato comprar capacidad instalada en el exterior y destinar todos esos recursos a proyectos productivos en el país que estimularan el crecimiento económico, incluso algunos especialistas consideraron que había la posibilidad de adquirir refinerías en la costa del Atlántico por 4 mil millones de dólares con capacidad y márgenes de refinación atractivos para el país.