Políticas internas más fuertes y cooperación internacional son vitales para una recuperación resiliente e inclusiva, dijo el jueves Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La directiva señaló que esto se debe hacer aunque implique una mayor presión al gasto público de los países y con ello se pongan riesgos al nivel de deuda, pues el daño será mayor si las medidas de apoyo se retiran antes de tiempo.
"Los costos fiscales de este apoyo son sustanciales y el aumento de los niveles de deuda es una preocupación seria. Sin embargo, en esta etapa de la crisis, los costos del retiro prematuro son mayores que el apoyo continuo donde se necesita", expuso en una nota de seguimiento publicada sobre la reunión del G20.
"La actividad económica global, que registró una disminución sin precedentes a principios de este año, ha comenzado para fortalecer gradualmente. Pero aún no estamos fuera de peligro. Una segunda ola mundial de la enfermedad (COVID-19) podría conducir a nuevas perturbaciones", escribió en el artículo La siguiente fase de la crisis: necesaria mayor acción para una recuperación resiliente, en el que señala la entrada a una nueva fase de la crisis que requerirá una mayor agilidad política y acción para asegurar una recuperación duradera y compartida.
Las medidas tomadas por los países, incluyendo a los del G20, a través de medidas fiscales, alcanzan los 11 billones de dólares y una inyección masiva de liquidez por parte de los bancos centrales.
Los costos fiscales de esos apoyos son sustanciales y el aumento de los niveles de deuda, preocupante, reconoció la directora gerente del Fondo.
"Sin embargo, en esta etapa de la crisis, los costos del retiro prematuro son mayores que el apoyo continuo donde se necesita. Por supuesto, las medidas deben ser dirigidas y los presupuestos evaluados teniendo en cuenta la rentabilidad y la sostenibilidad de la deuda a mediano plazo", reiteró.
Al destacar que el resultado final de esta pandemia será un incremento en la pobreza y la desigualdad; una mayor precariedad laboral y un futuro retador para los jóvenes en su acceso a oportunidades, Georgieva consideró que se trata de una oportunidad para avanzar hacia un mundo más justo, equitativo, verde, sostenible e inteligente.
"Las redes de seguridad deben mantenerse según sea necesario y, en algunos casos, expandirse", señaló.
México, el que menos ha destinado
Entre las naciones del G-20, México es el país que menos recursos ha destinado en respuesta a contener la crisis por la pandemia del COVID-19, aún cuando tiene "algo" de espacio fiscal disponible.
Según datos del FMI, México se ubica en la recta final de la tabla de apoyos fiscales otorgados por este grupo de economías, como porcentaje de su PIB, superado solamente por países como India, Rusia y Argentina.
En los datos del FMI se muestra a México en la parte más baja por su apoyo fiscal, y respecto al margen de acción, el organismo lo ubica en la columna de que tiene "algo de espacio fiscal" para moverse, a diferencia de Argentina que no tiene ninguno.
En abril, cuando fue la reunión virtual de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20, el mundo estaba en medio del Gran Cierre, forzado por la pandemia del COVID-19. Aun cuando el virus persiste, los países han comenzado a abrir sus economías parcialmente y han comenzado gradualmente a fortalecerse.