Economía

Los ganadores y perdedores con el acuerdo de la OPEP

El acuerdo termina con la política impulsada por Arabia Saudita de no detener el bombeo, pese a los problemas que esto trajo a productores y bancos centrales. Ahora, el panorama cambia.

El acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir la producción termina con dos años de políticas de no detener el bombeo impulsadas por Arabia Saudita, que había provocado el hundimiento de los precios del petróleo para alegría de los conductores de autos en el mundo occidental y la consternación de los bancos centrales que tratan de evitar la deflación.

Con el cambio en dicha postura, una nueva serie de ganadores y perdedores emergerá.

Aún así, la reacción de los mercados del petróleo ha sido en silencio. La OPEP no puede controlar el 60 por ciento de la producción mundial fuera de su grupo y acuerdos anteriores que han logrado al final se han venido abajo.

UBS dijo que debido a los altos inventarios y la incertidumbre sobre si el acuerdo se llevará a cabo "no se anticipa un fuerte repunte de los precios del petróleo". Pronostica un precio del Brent de 52 dólares por barril en el cuarto trimestre, frente a alrededor de 46 antes de la reunión de Argelia.

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GANADORES:

Los productores de petróleo con déficits: Los altos precios del petróleo pagaron programas sociales de países como Venezuela y Arabia Saudita.

Luego, cuando cayeron los precios, esos países mantuvieron subsidios y salarios que no podían permitirse pagar. 

Arabia Saudita tiene ahora el mayor déficit presupuestario entre las 20 mayores economías del mundo, una de las principales razones que hizo el cambio de sentido.

Irán también es un ganador particular: Ni siquiera tendrá que recortar su producción dado que sus exportaciones quedaron paralizadas por sanciones durante algunos de los años utilizados para calcular sus límites.

Productores fuera de la OPEP: Países como Rusia y México verán subir los precios del petróleo, a pesar de que no son parte del acuerdo para recortar la producción.
Pero esa es la trampa: si no cooperan hasta cierto punto, perjudican el acuerdo y su propia renta petrolera.

Los bancos centrales globales: el Banco de Japón y el Banco Central Europeo quieren impulsar la inflación para cumplir con sus metas, reducir deuda y contribuir a reactivar las economías afectadas por crisis financieras. Los precios bajos del petróleo han obstaculizado esos objetivos.

Hasta en Estados Unidos, donde la inflación subió lentamente este año, la Reserva Federal tuvo que suspender los aumentos de las tasas de interés que tenía previstos.

"Petróleo alto es una buena noticia para el Banco de Japón," dijo Simon Pianfetti, sénior manager en el departamento de Soluciones de Mercado en SMBC Trust Bank en Tokio.

"Eso sin duda ayudará a que la inflación suba".

Las compañías de energía: Luego del acuerdo, los mercados de valores se recuperaron, con las empresas de energía a la cabeza. China Oilfield Services saltó 11 por ciento en Hong Kong, y PetroChina, el mayor productor de petróleo y gas de Asia, alcanzó el nivel más alto desde mayo.

En Europa, BP subió 4 por ciento, Royal Dutch Shell, un 5.4 por ciento y la francesa Total 3.9 por ciento.

Los productores de esquisto de Estados Unidos: Todo depende de si el acuerdo lleva a un aumento duradero de los precios.

Uno de los objetivos de Arabia Saudita en los últimos años fue empujar fuera del negocio a la industria del esquisto de Estados Unidos, con sus otrora pujantes costes de producción elevados.

Eso se ha logrado en parte, con miles de pozos ahora detenidos. 

"Quizás no logremos el aumento que espera el shale estadounidense", dijo a Bloomberg Radio Harry Tchilinguirian, jefe de estrategia de mercados de productos primarios de BNP Paribas en Londres.

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LOS PERDEDORES

Las aerolíneas: Los bajos precios del petróleo han jugado un papel importante en la mejora de los resultados financieros de las compañías aéreas.

El Índice Mundial de Aerolíneas Bloomberg cayó un 0.3 por ciento hoy, con Deutsche Lufthansa perdiendo un 2.9 por ciento y Ryanair un 2.3 por ciento.

Los conductores de automóviles: Un galón de gasolina promedio en Estados Unidos cuesta 2.22 dólares esta semana, frente a casi 3.50 hace dos años.

En Francia, un litro vale aproximadamente 1.30 euros, cerca de su nivel más bajo desde el año 2009 y por debajo de un máximo de alrededor de 1.70 euros de abril de 2002.

Algunos incrementos serán inevitables, aunque eso también depende del éxito que tenga el acuerdo.

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