Los prestamistas no bancarios de México están excepcionalmente expuestos al estancamiento del crecimiento y a la inversión empresarial causados por la incertidumbre en torno a las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Aun así, los inversionistas están ganando con los bonos.
Los bonos para los prestamistas comerciales Unifin Financiera y Docuformas reportaron retornos de al menos 1.9 por ciento el mes pasado. Alpha Holding y Crédito Real, centrados principalmente en préstamos al consumidor, también repuntaron.
El prestamista con mejor desempeño, Alpha, rindió más del 49 por ciento en el año hasta la fecha, superando fácilmente el rendimiento promedio del 10 por ciento para los bonos corporativos de los mercados emergentes.
Por ahora, los inversionistas pueden darse el lujo de ignorar los problemas del sector, en medio de una lucha global por el rendimiento a medida que las tasas continúan bajando en el mundo desarrollado.
A pesar de las preocupaciones en torno al crecimiento de México (el PIB preliminar del tercer trimestre del país cayó un 0.4 por ciento respecto al año anterior), los inversionistas aún ven valor en los bonos de prestamistas no bancarios. Esto se suma al hecho de que los mercados ya no se preocupan de que López Obrador regule específicamente a los prestamistas, y las perspectivas para el crédito parecen más prometedoras.
"El problema principal para el sector es el exceso de regulación gubernamental, pero al final del día, necesitan compañías como esta para prestar a grupos de bajos ingresos, ya que los bancos no lo harán", señaló Andrew Feltus, gerente de cartera en Amundi Pioneer Asset Management en Boston. López Obrador "necesita a estos tipos si su visión de crecimiento va a funcionar".
Sin embargo, incluso con la regulación fuera de discusión por ahora, las perspectivas económicas de México son importantes para la industria y las empresas ya se han visto afectadas.
En ninguna parte esto es más evidente que en las compañías expuestas a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en México. Las tasas de morosidad de créditos sobre el total de los préstamos en Crédito Real y Unifin —compañías públicas con cifras recientes disponibles— se elevaron en el tercer trimestre. Y el crecimiento decreciente de México solo puede aumentar la presión.
"El problema para las Pymes de arrendamiento de equipos es que el entorno macro se ha debilitado mucho y eso ya está comenzando a presionar las finanzas", indicó Roger Horn, estratega sénior de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities America en Nueva York.
"Hay tanta incertidumbre sobre la política comercial y las prioridades gubernamentales que las empresas no están gastando en inversiones de capital", añadió.