México permanece entre los cinco países de América Latina con el menor gasto público para contener el impacto de la crisis económica por el COVID-19, solo por arriba de Costa Rica, Uruguay, República Dominicana y Haití, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Para responder a la crisis, el gobierno mexicano ha dispuesto apoyos fiscales equivalentes al 1.1 por ciento de su PIB de 2019, mientras que el promedio de América Latina es de 3.2 por ciento, señaló el organismo en el Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2020, donde se observa que la cobertura entre los países varía desde el 0.2 en Haití, hasta el 11.1 por ciento del PIB en El Salvador.
En la gran mayoría de países de la región, el apoyo fiscal se basa en medidas de gasto como reasignaciones y gastos extraordinarios, liquidez y desgravación fiscal, aunque en esta última, México no participa con medidas de alivio tributario ni a través del Impuesto sobre la Renta (ISR), contribuciones sociales o paraestatales, o impuesto sobre bienes y servicios.
"En un entorno de bajo crecimiento, desaceleración e incertidumbre mundial al que ahora se suman los efectos de la pandemia del COVID-19, la caída de la inversión pública en la mayoría de los países de la región es perjudicial y no contribuye a retomar la senda de crecimiento, resguardar el empleo y proteger a la población más vulnerable", indicó la Cepal.
Explicó que reducir la inversión pública no es conveniente porque los multiplicadores del gasto de capital son mayores que los del gasto corriente, y porque predomina una relación de complementariedad entre la inversión pública y la privada; y aseguró que previo a la pandemia, la situación financiera de los países ya era complicada.